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nro 612 jueves 18 de octubre de 2007

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  OPINIÓN

Las ceremonias tienen un significado que les confiere su carácter ritual dentro de la vida de una comunidad y permiten el reestablecimiento de los vínculos que hacen que el grupo se reconozca dionisíacamente unido en una conciencia común. En esta particular ocasión esta ceremonia es una ceremonia de reconocimiento y mis palabras son de agradecimiento en representación de las cuatro personas que hemos recibido el Premio Municipal 2007 de la ciudad de Concepción cuyo aniversario celebramos (…).

Cada uno de estos profesores, investigadores y creadores trabajan en la ciudad de Concepción y aportan desde sus particulares visiones al mejoramiento de la vida de la polis. Queremos una ciudad más hermosa, más saludable, más orgánica. ¿Es posible conectar los diferentes saberes que se construyen en lenguajes métodos y visiones tan diferentes?

Las ciencias sociales, por su parte, abarcan un amplio campo de saberes y sobre todo de búsquedas disciplinarias cuya finalidad es comprender la vida humana en sus diferentes formas y expresiones. La vida de las ciudades ha estado animada de organizaciones políticas, religiosas, industriales, militares, llenando de afanes múltiples y prisas las calles y oficinas, las avenidas y aulas. En estos días he contemplado una afluencia sorprendente de masas de jóvenes al campus de la Universidad de Concepción.

Los jóvenes buscan un centro un lugar donde realizar un ritual social de reconocimiento de su condición humana. (…) La ciudad de Concepción tiene una fuerza expresiva en sus habitantes y en su historia que siempre está esperando para manifestarse a la primera ocasión. Las fuerzas dionisíacas irrumpen incluso con violencia en un espacio que como sabemos es disparejo.

Concepción es el centro geográfico de Chile e intenta ser centro de sí misma como cualquier otra ciudad del orbe. (…) No es fácil instalarse en un centro propio que nos dé autonomía, dignidad y capacidad para pensar y resolver nuestros problemas.

El campo disciplinario de los estudios literarios, donde he vivido desde niña es un universo enorme. Como dice Borges la Biblioteca que algunos llaman el universo es infinita. Trabajamos con materiales que nunca se agotan ni en extensión ni en profundidad. Las disciplinas del arte del lenguaje se conectan a un amplio espectro de áreas reflexivas como la Filosofía, la Poética y la Retórica. También la historia, las comunicaciones en general y todas las artes en las cuales una historia requiere ser contada o escuchada.

La enseñanza de la literatura nos pone en contacto con las personas que vivieron en el lenguaje y legaron sus universos y visiones a sus contemporáneos y a las generaciones venideras. En ellas encontramos nuestras playas de la infancia, los desiertos y los valles. Las montañas que nos enseñan su fuerza y los mares que nos alimentan y bañan. También encontramos las más sutiles hebras de nuestra vida personal interna y externa las que nos conectan con nosotros mismos y con el medio ambiente.

La exigencia de los estudios literarios consiste especialmente en detenernos y conversar tranquilamente con un libro. (…)

Nos sentimos responsables de leer y pensar en una manera adecuada, apropiada a los tiempos inmediatos a la vez quede satisfacer nuestra profunda necesidad de entender los procesos de la vida en sus variadas formas.

La universidad asume la búsqueda de conocimiento en sus más altas manifestaciones y la ciudad es su entorno natural con el cual necesariamente interactúa. Concepción sabe de ese diálogo sutil y ofrece en esta ceremonia sus reconocimientos que contribuyen a configurar el cuerpo simbólico de la polis.(…)

Las disciplinas que representan los destinatarios de este reconocimiento se despliegan en un amplio espectro de saberes que esta ocasión permite visualizar en su conjunto como componentes indispensables de una ciudad compleja, de un organum de las ciencias en constante crecimiento y descubrimiento; pero a la vez llaman nuestra atención sobre elementos que nos hacen miembros de una misma comunidad.(…)

El sueño antecede a la materialización según leyes muy estrictas. Si la planificación arquitectónica de los edificios deja volar el talento en vuelo alto, si las fórmulas matemáticas son liberadas a su juego propio, si comprendemos los misterios del funcionamiento molecular o al menos nos acercarnos a seguir su ritmo: si podemos detenernos a conversar con un libro, si nos acordamos de respirar y conversar con nosotros mismos, si nos admiramos agradecidos de los dones del lenguaje, los lenguajes de las diferentes ciencias y disciplinas, tal vez podamos juntos en nombre del saber ponernos de acuerdo en los órdenes menores de la polis que reclama su esplendor.

( …. ) Hoy día hemos hecho un alto para reunirnos a celebrar y agradecer. La riqueza de nuestra vida en la ciudad de Concepción cuyo nombre anuncia múltiples nacimientos germinados en su acuosa constitución, está llena de promesas para cada uno. El reconocimiento de la ciudad, el de la Universidad de Concepción nos llena de alegría, la fuente dentro de nosotros canta canciones inaudibles que son nuestros sueños haciéndose realidad.

Gracias a todos ustedes por esta reunión, gracias a los preciosos amigos que han hecho de esta ciudad un hogar, a todos nuestros estudiantes que son la fuerza viva que impulsa nuestro diario quehacer.

   

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