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Cooperación Chile-Malasia
Investigación microbiológica en la Antártica chilena
Los investigadores del proyecto de cooperación científica Chile- Malasia: Bioprospección en Fildes recolectaron y procesaron muestras in situ. En total, más de 500 cepas bacterianas fueron obtenidas de 43 muestras, en 23 sitios de muestreo.
Aislar microorganismos que produzcan compuestos de interés biotecnológico fue el primer objetivo que se planteó el equipo de investigadores de la Universidad, junto a sus pares de Malasia y del Instituto Antártico Chileno (INACH). La idea se gestó durante el II Simposio Latinoamericano de Investigaciones Antárticas y VI Reunión Chilena de Investigación Antártica, realizado en Agosto del año pasado en la UdeC.
Cinco investigadores, los doctores Gerardo González y Mariana Domínguez, del departamento de Microbiología de la facultad de Ciencias Biológicas; Abiramy Krishnan, de la Universidad de MalayayMalasiasia; Michael Wong, de la Universidad de Malaysia Sabah, Malasia; y Marcelo González, investigador del INACH; trabajaron desde el 2 de febrero recorriendo la península Fildes, Isla Rey Jorge, recolectando muestras de suelo, agua, sedimentos y hielo, para luego cultivar esas muestras y aislar bacterias.
Una de las novedades de este trabajo fue el procesamiento inmediato de las muestras en la Base Profesor Julio Escudero, del INACH. Al respecto los investigadores de nuestra casa de estudios valoraron el apoyo logístico entregado por la Base del INACH, a la expedición. “Sin ese apoyo logístico no se puede hacer nada”, indicó Gerardo González.
Para el equipo de la UdeC, uno de los grandes intereses radica en los compuestos con actividad antibacteriana que pudiesen producir las bacterias aisladas en las muestras, esto debido a la experiencia en el área de la resistencia a los antibióticos y a la urgencia de encontrar nuevos antibióticos con actividad sobre bacteromultiresistentes, que constituyen un grave problema en los hospitales de nuestro país y el mundo.
Otro punto interesante dentro de esta investigación se refiere al ambiente extremo del que provienen estas bacterias. “Es una zona de mayor radiación ultravioleta, por lo tanto, las bacterias pudieran sintetizar compuestos de fotoprotección. Además, por ser una zona extrema, las bacterias pueden sintetizar enzimas, o alguna proteína, con actividad biológica que trabajen a temperaturas muy bajas, las que pueden ser utilizadas en otros procesos, esto desde el punto netamente aplicado a la biotecnología”, indicó González.
Por su parte, la profesora Domínguez reafirma que tres son, en estos momentos, los objetivos de esta investigación. Primero, demostrar que se puede “hacer microbiología in situ, en la Base Julio Escudero, de INACH”. segundo, conocer la diversidad de las bacterias existentes en los distintos sectores de la península Fildes. y, por último, pesquisar aquellos microorganismos que tuvieran prospección biotecnológica. Es en este último punto donde se produce la interacción más directa con los investigadores de Malasia, quienes cuentan con experiencia en este campo.
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