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Analizan estado de la investigación forestal
El Congreso Chileno de Ciencias Forestales ha sido concebido como un espacio para analizar tendencias, discutir políticas y sensibilizar al público en general y a las instituciones relacionadas, sobre las acciones que se requiere emprender para ampliar los alcances y elevar la calidad de la contribución que el país recibe de sus recursos forestales. Unos 380 académicos, investigadores, estudiantes de pre y posgrado del país, representantes de empresas y del sector público e invitados internacionales participaron entre el 28 y el 30 de noviembre en el III Congreso Chileno de Ciencias Forestales, encuentro bianual que reúne a los principales actores que intervienen directa o indirectamente en la gestión y desarrollo del área forestal en torno al debate de ideas, proyectos y experiencias sobre la actividad sectorial.
El encuentro, organizado por la facultad de Ciencias Forestales, en conjunto con la Sociedad Chilena de Ciencias Forestales y el apoyo de las universidades Austral y de Chile, y Conaf se realizó en nuestraUniversidad en reconocimiento a los 30 años de la puesta en marcha de la carrera de Ingeniería Forestal.
Un total de 141 trabajos, más 33 pósters, se presentaron en el Congreso propiamente tal, que se desarrolló el 28 y 29 en 4 sesiones paralelas que abordaron temas relacionados con las áreas de química y tecnología de la madera, biotecnología forestal, silvicultura y manejo de ecosistemas forestales, uso de biomasa para la generación de energía; política, sociología y economía forestal, restauración y conservación de la biodiversidad y evaluación física de recursos naturales.
A éstos se suman las 28 conferencias presentadas en dos reuniones destinadas a tratar de manera más exhaustiva dos áreas de desarrollo de las ciencias forestales, en la primera versión de los simposios de Propagación y Biotecnología Forestal y de Silvicultura Intensiva de Plantaciones, que se efectuaron de manera paralela el jueves 30, en los que participaron conferencistas invitados de las universidades de Córdoba, España, y del Estado de Carolina el Norte, del Instituto Tecnológico de Virginia (ambas de Estados Unidos), y de las empresas Meadwestvaco y Ensis Word-Quality.
Desafíos
Una serie de desafíos para la comunidad científica del área estableció el presidente de la Sociedad Chilena de Ciencias Forestales y académico de la Facultad, Fernando Drake, en la clausura de las jornadas En primer término manifestó que el mayor reto es profesionalizar la actividad científica para alcanzar el reconocimiento social que ella posee en los países desarrollados, generando un sistema de oportunidades para los investigadores que no sólo se centre en el sistema universitario. A su juicio, hay que superar la irregularidad con que se realiza la actividad -lo que se ve en diferencias de desarrollo entre especialidades, más o menos integración de científicos en redes y baja productividad en comparación a países desarrollados- a la vez que es necesario emprender acciones a nivel de universidades (mejores remuneraciones, mejor difusión de resultados, contratación de posdoctores, aumento del posgrado) y en la asignación de recursos del sistema de ciencia y tecnología, concentrándolos en problemas de importancia nacional, priorizando proyectos tecnológicos de mayor competitividad, sustentabilidad y calidad y considerando de más la opinión de expertos que de otros grupos públicos y privados.
Para la Sociedad, en tanto, Drake consideró relevante fortalecer la difusión de las técnicas y ciencias forestales, el desarrollo y mejoramiento del desempeño de sus miembros y la vinculación de su trabajo y los beneficios resultantes de ellos con la sociedad chilena.
Cambios se han absorbido con lentitud
Muchas son las cosas que han cambiado desde que en la década de los 60 se iniciara en América Latina la formación de profesionales de la ingeniería forestal. Han sido grandes transformaciones a partir del paso de una sociedad agraria a una industrial, a lo que más tarde se ha agregado una mayor conciencia sobre la conservación ambiental y de los bosques, marcada fundamentalmente por la Cumbre de Río, en 1992. Estos cambios, a juicio del oficial regional de la FAO para América Latina y El Caribe, Carlos Marx Ribeiro, señala una serie de desafíos en cuanto a conocimientos para los profesionales forestales.
En estos años, dijo, ha disminuido el papel de lo público en el sector forestal, ha aumentado la descentralización y la participación de las ONGs y la sociedad civil, entre otros, que representan oportunidades y consecuencias importantes. Sin embargo, señaló, “las escuelas de ciencias forestales en América Latina han absorbido estos cambios con cierta lentitud” y esto se ha visto reflejado en la última década “en una progresiva erosión de la carrera forestal en varias instituciones de la región”. Incluso, agrega, la falta de respuestas en este nuevo escenario ha dado espacio al surgimiento de otras disciplinas y la ocupación del mercado laboral propio por otros profesionales.
Para Marx es necesario conducir a las ciencias forestales hacia los temas emergentes, más aún cuando hoy un bosque tiene múltiples usos y productos (madereros, ambientales, energéticos). Por otro lado, señaló la escasa participación de estos profesionales en las políticas nacionales, a pesar de la importancia del sector forestal para el desarrollo económico social.
El oficial dijo que en este escenario, la FAO retomará el rol que le cupo en la Región en los 60 cuando impulsó la creación de escuelas forestales. En ese sentido se sitúa un estudio regional (aplicado a universidades, académicos, alumnos y empresarios) a partir del cual será posible conocer qué aspectos será necesario fortalecer en las formación de los ingenieros forestales.
Ciencia y desarrollo
Además de la presentación de trabajos y conferencias, el Congreso fue la instancia precisa para reflexionar sobre el sentido y las proyecciones de las ciencias forestales.
Las palabras del rector Sergio Lavanchy, en el acto inaugural, situaron el reconocimiento que desde la Universidad se hace al papel de la ciencia en el desarrollo del país y la forma cómo ésta se asume institucionalmente, a través de la investigación, el trabajo en la innovación, la transferencia de conocimientos, la formación profesional. En el caso específico del área forestal, afirmó que además de promover una actividad científica de excelencia, la motivación de la Universidad es actuar como agente y motor del desarrollo social, humano y económico, al hacer que los conocimientos y resultados de la investigación y desarrollo generados se viertan en beneficio de la sociedad.
También en la valoración del sentido de la ciencia están la participación de la casa de estudios como una de las instituciones fundadoras de la Sociedad Chilena de Ciencias Forestales y la suscripción, como miembro del Consejo de Rectores, del acuerdo que explicita la visión del conjunto de universidades sobre los pasos que se debe seguir para alcanzar un mayor desarrollo como país.
La directora del Instituto Forestal, Marta Ábalos, en tanto, defendió el valor de la innovación como factor esencial para lograr un crecimiento sostenido en el largo plazo, señalando que incluso puede ser clave en la disminución de la brecha en la distribución del ingreso.
La ejecutiva afirmó que las apuestas en Chile deben ir por áreas tecnológicas en las que se ha avanzado en competitividad, dentro de las que se cuenta la forestal.
En su reflexión sobre la triada investigación-desarrollo e innovación, la directora del INFOR reconoció el papel de las universidades en la generación de conocimientos y rescató el modelo de los consorcios tecnológicos como la mejor forma de colaboración entre estado (con sus fondos), los centros de investigación y las empresas (con aporte de recursos y experiencia tecnológica), que está siendo aplicado en países como Finlandia, que han alcanzado niveles de desarrollo importantes en los últimos años, aunque con una inversión relevante de su PIB en I+D.
A pesar de las restricciones en este ámbito en nuestro país, Ábalos manifestó que los recursos del royalty representan hoy una buena oportunidad para el desarrollo de áreas, como la biotecnología, la bioenergía, los biomateriales y los biofertilizantes, entre otros, temas emergentes en el sector forestal.
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