Promoción de 1955 visitó la Universidad

Ingresaron a la carrera de Medicina cuando Enrique Molina Garmendia era rector de la Universidad y cuando egresaron aún lo era. Fue la primera generación de médicos que cursó íntegramente el programa de pregrado en la Universidad de Concepción, aunque –al igual que las cohortes que los precedieron- debieron rendir su examen de grado en la Universidad de Chile.

Hoy, provenientes de distintas latitudes de nuestro país, cada uno de los siete exalumnos, egresados entre los años 1955 y 1956, regresaron a su alma mater la que siempre estuvo presente en su impronta como profesionales y de la que guardan los mejores recuerdos de sus vidas.
El reencuentro de estos amigos de juventud y compañeros de labores se llevó a cabo el viernes y sábado de la semana pasada.

Con la foto de rigor en el frontis del arco Universidad de Concepción, antaño “arco de Medicina” –nombre al que no se acostumbran, pero que entienden, pues el “arco es de todos los universitarios”, como señalaron- comenzó la visita de este grupo de médicos. Las risas y las anécdotas no faltaron en ningún momento, ni siquiera en el encuentro con el rector Sergio Lavanchy, en la Casa Enrique Molina, donde cada uno de los médicos hizo un breve recuento de estos casi cincuenta años de profesión.

Antofagasta, Serena, Santiago, Concepción, Temuco y Punta Arenas, de todas estas ciudades viajaron para encontrarse con sus amigos, pasear por el campus –hoy mucho más extenso que en sus años de estudiantes-, visitar la facultad de Medicina y compartir con uno de sus profesores, el médico Hugo Trucco Lee, quien dictó la cátedra de ginecología y obstetricia a esa promoción.

Alguna vez el médico Virginio Gómez señaló, cuando era director del hospital San Juan de Dios –hoy Regional- y antes de la creación de la carrera en la Universidad, “se dice que estamos saturados de profesionales. Esta situación señores, está muy lejos de producirse, porque en cuanto a médicos, hay verdadera falta de ellos”.

Al respecto, los médicos recordaron que cuando ellos egresaron, en sus lugares de trabajo no había más de 30 médicos y se notaba la falta, sobre todo en las regiones extremas, donde algunos, incluso crearon clínicas e isapres.