Eduardo
Gajardo
Un
apasionado por la música
Eduardo
Gajardo nació músico. A los cuatro años
ya estaba en el conservatorio estudiando música.
Sus padres lo alentaron desde pequeño, al igual
que a sus hermanas, pero de los tres él fue
quien siguió los pasos de su padre.
Hoy, treinta años después que su progenitor,
se encuentra dirigiendo el Coro de la Universidad de
Concepción, tras un largo camino recorrido que
lo llevó desde La Serena hasta Bruselas, Bélgica,
donde perfeccionó sus estudios y vivió por
12 años.
Casado,
con 39 años, a pesar de aparentar mucho menos,
tendrá a su cargo a más de 140 personas
(100 en el Coro Sinfónico y 40 en el de Cámara),
con quienes pretende alcanzar la máxima excelencia.
Sus raíces están en Concepción y, a pesar de no haber realizado
sus estudios en esta Universidad, guarda gratos recuerdos de la ciudad que lo
vio crecer y donde su padre realizó una hermosa labor como director del
Coro de nuestra casa de estudios.
¿Cuándo comenzó su
relación con la música?
Mis estudios de música comenzaron bien temprano,
a la edad de cuatro años, en el conservatorio
Laurencia Contreras. Después que egresé de
cuarto medio, me fui a estudiar la carrera de Licenciatura
en Educación y Pedagogía en Música,
a la Universidad de La Serena, para después en
1991 partir a estudiar Dirección de Orquesta y
Coro por cuatro años, en el Conservatorio Real
de Bruselas, Bélgica, ciudad en la que me quedé por
12 años.
¿
Posterior a sus estudios cuál fue el siguiente
paso?
Después de egresar del conservatorio fui director
titular del Coro y Orquesta de Cámara de Bruselas
durante seis años.
¿
Qué lo hizo volver a Chile entonces teniendo un
puesto tan importante en Bélgica?
La verdad es que no puedo decir nostalgia; no
puedo decir ganas de volver, simplemente seguir
en lo
que yo considero
una carrera. Uno dice bueno, pero después de irse
a Europa por qué volver a Chile. No tenemos que
mirar en menos a Chile, ni creer que volver significa
retroceder si en el campo laboral y en el campo de la
música se pueden hacer cosas muy interesantes,
por lo tanto no significa necesariamente que volver al
país sea retroceder. Yo lo sigo considerando un
ascenso.
¿
Cuándo volvió a Chile?
Yo volví en 2003 y ese año me hice cargo
de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de
La Serena.
¿
Y cuándo comenzó su nexo con la Universidad
de Concepción?
A mí me ofrecieron el cargo de director del coro
de la Universidad, porque necesitaban a una persona que
se pudiera dedicar cien por ciento y aquí no encontraban
a alguien que se pudiera hacer cargo de eso. De hecho,
al anterior director le era imposible, porque tenía
sus clases y era jefe de carrera, por lo tanto le era
imposible realizar este trabajo a tiempo completo. Apareció mi
nombre y me llamaron.
¿
Cuáles son sus planes para el Coro de la Universidad?
Bueno. Volver a tener un Coro de Cámara, para
reinsertarnos en la Federación de Coros Universitarios
y lograr con el Coro Sinfónico una excelencia
musical de primer nivel, de calidad profesional. Aquí en
Concepción hay mucha gente que canta y que lo
hace bien y con un ritmo de trabajo bastante exigente.
¿
Qué lo animó y le llamó la atención
de aceptar este desafío? Usted vivió hasta
los 18 años en Concepción me imagino que
hay algo más que lo une a esta ciudad.
Bueno, hay un tema sentimental,
porque soy nacido en Concepción y además mi padre, que tiene
mi mismo nombre (Eduardo Gajardo) fue director de este
Coro entre los años 64 y 73.
¿
Qué legado le dejó su padre?
La música, la dirección. La verdad es que
yo siempre digo que soy músico gracias a mis padres,
porque ellos, cuando yo tenía cuatro años,
sin siquiera preguntarme si quería o no, me inscribieron
en el conservatorio. Ojo, que si yo a los 8 ó 9
años hubiese decidido que no quería seguir
lo hubiesen aceptado, pero a mí me gustó y
me quedé. Carolina
Acevedo
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