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nro 546  Viernes 7 de enero de 2005

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  • PERSONAJE

María Ester Feres
Con la fuerza a flor de piel

La charla que dictó en la Unidad Académica los Ángeles, invitada por la Agrupación de Mujeres Académicas y Profesionales de esa Unidad, no podía estar más cerca de sus intereses profesionales y personales. Con el tema central del encuentro La mujer en el siglo XXI: El rol de la mujer en el mundo globalizado, María Ester Feres, 61 años, abogado de la Universidad de Chile, expuso su clase magistral que abarcó el tema de la globalización económica y el dialogo laboral en las relaciones laborales del siglo XXI.

Pero más allá de la academia está la mujer. La misma que luchó por los derechos de los universitarios y las reformas sociales cuando cursaba sus años en la escuela de Derecho de la Universidad de Chile, época en la que como muchos, creó vínculos de amistad y compañerismo que la nutren y la acompañan hasta estos días.

Los ojos de María Ester, herencia de familia árabe, delatan sus estados de ánimos sin que dejen ninguna duda. Su voz, enronquecida por los años expuestos al humo del tabaco, no tiembla al elevarse cuando este personaje defiende sus convicciones o quiere llamar la atención en los temas que la exasperan. Pese a esto, su dulzura, empatía y femineidad hacen que quienes se le acerquen por algún motivo no puedan resistirse a estos encantos.

Tras verla exponer su clase magistral frente a un exiguo número de mujeres y niñas, más uno que otro varón, la potencia que esta abogada demuestra en sus gestos y en su voz al enfocar alguno de los temas, libera algunas risitas nerviosas en los presentes, quienes sin embargo paran de seguir sus postulados. “Los procesos de globalización en marcha, así como sus estrategias de conducción, se encuentran aún en sus estadios primarios, iniciales y de experimentación”, expuso.

-¿De dónde proviene toda esa energía y esa pasión al exponer los temas que le interesan?

(Feres se ríe antes de contestar) Bueno pues, la energía viene del convencimiento de que la vida merece ser vivida y gozada por todos los seres humanos. Y sí, también vivo apasionadamente, pero eso no significa que no sea una persona capaz de abstraerme y analizarme, en busca de la armonía. Creo que esos elementos son fundamentales.

-¿Cuáles son los aspectos que influyen en su quehacer personal y profesional?

Mi compromiso social lo adquirí de la influencia de mi padre y de mi madre. Este compromiso fue derivando hacia el convencimiento de hacía falta una mejor justicia y mayor equidad en el mundo del trabajo. De hecho opté por mi desarrollo profesional, dedicado a la vida del derecho laboral, cuando era estudiante de Derecho. De ahí me perfilé a los temas más específicos.

Difícil sería no conocer su labor en la cabeza de la dirección del Trabajo, y más difícil aún sería no conocer su bullada salida de él. Al respecto la ex directora realizó una pequeña evaluación de su labor cumplida en esa institución, en la que comentó los dos momentos más complicados que le tocó vivir.

“ Definitivamente el inicio y el término fueron los momento más complicados. Creo que una de las causas que influyeron mucho en mi relación con el gobierno y con mis colegas es que yo no acepto formalidades sin sentido”, señaló Feres.

Cuando comenzó su labor en la dirección del Trabajo siempre pensó que para hacer cualquier cosa hay que socializar. “Lamentablemente sentí que no bastó ser aceptada ni respetada totalmente en mi cargo”,señaló María Ester y le atribuyó esto a su forma de exponer las cosas. “Siempre planteé lo que pensaba”, confidencia.

De todas maneras, en los inicios de su gestión de la Dirección lo recuerda como una experiencia enriquecedora, porque “una no para de aprender cosas nuevas”, puntualizó.

Aunque se va sin remordimientos ni resentimientos de la Dirección, Feres indicó que la racionalidad le decía que algo así tenía que llegar, sin embargo el contexto fue complicado.

“ Me sentí que no tenía instrumentos para incidir en la situación y que no podía ejercer funciones de liderazgo”, recordó.

Sin embargo, María Ester Feres no es una mujer que pueda quedarse quieta. Confesó que no sabía lo que venía para ella en cuanto a lo profesional. “Nunca he sido una persona con proyectos de vida predefinidos. De hecho he tomado muchas decisiones dependiendo de las oportunidades que se me han presentado”, puntualizó.

Karina Fuentes

   
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