|
|
Preocupante
realidad previsional del país
Los
chilenos comienzan su vida laboral más tarde,
ahorran poco, se jubilan antes y viven más
de lo previsto. Esta es la realidad que reveló el
estudio Historia Laboral y Previsional dado a conocer
recientemente por la superintendencia de AFP y que
da malos augurios a los futuros jubilados, que ven
cómo los afectará no haber ahorrado
lo suficiente durante su vida activa.
Si en 1990 los hombres se jubilaban en promedio
a los 57 años (8 antes de la edad legal), el año
pasado la media bajó a 52; del 100% de los afiliados
varones que se pensionó en el sistema de AFP desde
1982, casi el 70% lo hizo anticipadamente. A esto se
suma la situación de las mujeres, que, según
el estudio, tienen períodos de inactividad económica
mayores que los de los hombres, lo que merma su cuenta
de capitalización individual.
Todo esto no sería tan complicado si durante la
vida activa los afiliados ahorraran lo suficiente para
financiar su vida pasiva. El problema es que no es así.
Hace cinco años las estimaciones hacían
suponer que los trabajadores cotizarían cerca
de un 90% de su vida activa, es decir, 36 de 40, suponiendo
que un trabajador parte su vida laboral a los 25 y jubila
a los 65. Pero los resultados preliminares de la encuesta
de la SAFP demostraron lo dramático de la realidad,
revelando que la densidad promedio de las cotizaciones
desde 1980 al 2002 fue de 52,4%. Más dramático
es el desglose para las mujeres: su densidad de cotizaciones
es de 43,7% frente al 59,8% de los hombres.
El impacto de esto, en las pensiones, es directo.
Basta ver que bajo supuestos razonables de rentabilidad
y
vida laboral activa, si se cotizara sin lagunas,
el retorno
sería una pensión equivalente al 83% de
los ingresos, pero quien cotiza un 50% del tiempo –como
en promedio lo estarían haciendo los chilenos-
sólo recibirá una pensión equivalente
al 41% de su remuneración.
Frente a este panorama una de las opciones es ahorrar
más y mientras antes, mejor. En la actualidad
existen en el sistema instrumentos como el Ahorro Previsional
Voluntario (APV) y la cuenta 2. El APV es aquel monto
de dinero que el trabajador destina, por su propia voluntad,
para complementar su ahorro previsional obligatorio.
Pueden ser cotizaciones voluntarias o depósitos
convenidos. Con este instrumento el cotizante obtiene
importantes beneficios tributarios. La cuenta 2 permite
ahorrar libremente cualquier monto y sin restricciones
de permanencia, en los cinco fondos de la AFP.
Actualmente, en la Universidad, de los 3.459
trabajadores, sólo 125 opta por el APV y 492 lo hace ahorrando
en la Cuenta 2, por lo que la invitación es a
ahorrar a través de estos mecanismos, ya que sólo
así podrán estar tranquilos al momento
de jubilar.
|
|
|