En
Argentina
Investigador recoge nuevas
muestras para estudio antártico
El
acuerdo de los institutos permitió usar un cupo
dentro de un equipo de investigadores argentinos que viajaba
a la zona. En la foto el argentino Mauro Bauer y Marcelo
Leppe en una de las salidas a terreno.
A
través de un convenio suscrito entre el Instituto
Antártico Chileno (Inach) y su homólogo
argentino, el candidato a doctor en Botánica, Marcelo
Leppe, estuvo cerca de un mes en la isla Seymour (en el
lado argentino del continente helado), recogiendo muestras
de sedimentos que se agregarán a la investigación
estratigráfica y paleontológica de fósiles,
hasta ahora centrada en las islas Shetlando del sur, que
dirige la académica del departamento de Ciencias
de la Tierra, Sylvia Palma.
Leppe
es parte del equipo del proyecto que se inició
en 2001 con financiamiento de Inach y que apunta a generar
un modelo paleofitogeográfico y climático
del período que va del Cretácico Inferior
al Paleoceno. La investigación, dice Leppe, abarca
un período que se sitúa entre los 200 y
50 millones de años y busca establecer cómo
se ubicaba la biota en la Antártica, en el contexto
de Gondwana; es decir en los momentos en que estaba unida
a Africa, Sudamérica, Australia y Nueva Zelandia,
en un solo gran continente.
En
este lapso, explica, hay varios hitos geológicos
importantes, como los eventos de extinción masiva,
eras en que las tasas de desaparición de especies
registraron niveles nunca antes alcanzados. Son
períodos interesantes de estudiar ahora que estamos
en un período de extinción masiva. Conocer
el comportamiento de la biota en el pasado podría
dar patrones de lo que pudiera pasar en el futuro.
Esto
lo relaciona con los estudios del NOAA sobre el Eoceno
(50 millones de años) que advierten sobre los alcances
del cambio climático y que habían sido ocultados
por la Casa Blanca. En el Eoceno ocurrió
algo que provocó un pequeño incremento de
la temperatura y que desencadenó que desde el fondo
del mar se liberara grandes cantidades de hidrato de metano
(un gas invernadero que produce calentamiento mucho más
rápido que el CO2). La información
registrada por foraminíferos y otros microfósiles,
señala Leppe, dan cuenta que en el Eoceno hubo
un ascenso cercano a 9 grados sobre la media de la temperatura.
En los últimos 10 años, se ha visto que
la Antártica, producto del derretimiento de los
hielos por el calentamiento global, está liberando
hidratos de metano que permanecía atrapado en burbujas
de aire. Esto dice- significa que a los gases invernadero
acumulados en los últimos años se agregaría
el metano, lo que sumaría unos grados más
a las predicciones de aumento de la temperatura en los
próximos 50 años.
El
joven investigador explica que con los muestreos del lado
argentino es posible contar con información más
detallada para la investigación, ya que la Isla
Seymour tiene un registro continuo del período
relacionado con la extinción masiva en el límite
Cretásico-Terciario. Por otro lado, permite contar
con antecedentes que pueden compararse con una secuencia
de la misma edad, que se encuentra en la Isla Quiriquina,
y así establecer relaciones entre las especies
y conexiones sobre la forma en que la península
se unía al continente.
|