Carmen
Gloria Fuentealba
La
experiencia de alumna se guarda por siempre
Dos
años de trabajo en la Asociación de Empresarios
de Nantes, Francia, fue la experiencia que la motivó
a conocer más a fondo un sector fundamental de
la economía, el de las medianas empresas, y entender
lo fundamental que resulta el apoyo que se les pueda brindar.
Carmen
Gloria Fuentealba Pujol, ingeniero comercial de la Universidad
de Concepción es la gerente de negocios internacionales
de la Cámara de Comercio de Santiago. Habla perfectamente
francés e inglés.
Vivía
en Concepción y sus preferencias iban por la ingeniería
comercial y las leyes. Ingresó a la Universidad
en 1981 y la experiencia que allí vivió
como alumna se guarda para toda la vida. Provenía
de un medio muy protegido y se encontró con una
variedad enriquecedora de personas, de gente muy diversa,
que constituyó un aprendizaje paralelo a los estudios.
Su
primera experiencia laboral fue en Asmar Talcahuano en
el área importaciones internacionales. Siempre
tuvo la idea de partir al extranjero a especializarse.
Casada viajó a Francia, donde tuvo la posibilidad
de trabajar. De regreso a Chile se desempeñó
como product manager de Proter& Gambler, una transnacional
de bienes de consumo masivo.
Hay
una campaña que pretende que los chilenos hablemos
inglés masivamente. ¿Desde su experiencia
qué le parece?
La
premisa deber ser aprender inglés, inglés,
inglés. Tres veces. Es fundamental saberlo y que
los jóvenes aprendan cuanto antes porque hoy día
es tan básico como saber usar el computador. Ya
no se trata de una prioridad, sino que de una obligación.
¿Cuáles
son los desafíos de su cargo?
La
Cámara es una de las asociaciones más grandes
del país. Mi tarea es de apoyo a las pymes que
quieren hacer negocios. Las posibilidades se les dan,
pero muchas veces ellos no saben cómo hacerlo en
el exterior, cómo gestionarse eficientemente. También
asesoramos a las empresas extranjeras que se asocian con
las chilenas, por vía de licencias, o que quieran
hacer negocios con determinados productos. Logramos resultados
que podemos ver, directos, lo que resulta muy recompensante.
Algunas empresas las tomamos desde temprano, les enseñamos
a caminar y los dejamos andando solos.
¿Viaja
mucho?
Organizamos
misiones comerciales para salir a extranjero y recepcionamos
a misiones que vienen desde afuera. Nuestros destinos
más frecuente son, por razones obvias, Europa y
Estados Unidos y porque la firma de tratados comerciales
de envergadura con ambos nos exige mayor presencia.
¿Los
chilenos estamos preparados para obtener ventajas de los
tratados de libre comercio?
Responder
esa pregunta resulta clave. Los tratados están
firmados, el 2004 será intenso en términos
de intercambio, será benéfico y de interés
para los empresarios, se han generado expectativas. En
esta primera etapa, las empresas han exportado lo mismo
que ya estaban enviando al exterior y son las mismas que
lo estaban haciendo. Viene ahora la etapa que muchas se
sumen, que arreglen la casa y se analicen si están
adecuadas al cambio, pueden responder por grandes volúmenes,
cómo son sus procesos de producción y si
son capaces de participar dentro de la cadena de producción
que muchos productos exigen, por ejemplo en el caso de
las frutas, las cajas, el papel, las etiquetas, los logotipos,
los impresos, etc. Esto último es más factible
en el corto plazo.
¿Se
requiere un cambio cultural, de apertura mental?
Para
eso es necesario pasar una serie de instancias de capacitación,
formación, orientación, información
de oportunidades, aterrizar los tratados y de formación
continua de las personas. Mientras que hay otra labor
que corresponde a instituciones como la Cámara
y las entidades estatales que es la promoción de
negocios internacionales, la coordinación eficiente
con otras instancias porque si no hacemos lo mismo o más
de lo mismo.
¿Las
universidades contribuyen a este proceso que vive el país?
Entre
ellas la de Concepción, que se suman al proceso,
pero el desafío mayor está en los futuros
profesionales de la economía, por ejemplo. Imbuirles
una mentalidad nueva de no egresar a buscar pega, sino
que sean capaces de generar sus propios emprendimientos
y eso se los debe entregar la U. Entender que como personas
jóvenes tienen múltiples ventajas, creatividad,
flexibilidad, ideas frescas, energía y que los
recursos pueden conseguirse.
Mónica
Silva A.
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