Lohengrin
Cavieres
Un
botánico con proyecciones
El académico
Lohengrin Cavieres recibió este mes el premio al científico
joven destacado, distinción que anualmente deposita la Sociedad
de Biología de Chile en quien reconoce la calidad de su investigación
y sus proyecciones. Biólogo y doctor en Biología formado
en la Universidad de Chile, Cavieres se unió en 1998 al departamento
de Botánica, atraído por su prestigio.
Era
el momento en que muchos profesores estaban en el tope de su carrera, por
lo que había que asegurar el relevo. Así llegó una
generación de jóvenes investigadores que han construido un
ambiente de trabajo inmejorable. “Uno se entusiasma rápidamente
porque se empapa de buena onda. Hay mucha camaradería y respeto
por lo que cada uno hace, lo que para mí es muy saludable”.
Como botánico
se ha especializado en el estudio de las plantas de alta montaña
y de los patrones de distribución de las especies en Chile, en particular
en la octava región. Además de sus proyectos Fondecyt en
marcha, contribuye con sus conocimientos al núcleo Milenio de Ecología
y Biodiversidad, tarea que comparte con su colega Cristopher Lusk.
-¿Qué
valor tiene este premio en su carrera científica?
Es un aliciente
para seguir desarrollando ciencia de alto nivel y seguir aportando al desarrollo
de la institución y de nuestra investigación, que está
centrada en saber cómo se distribuye la biodiversidad en el país.
-Para hacer
ciencia de nivel se requiere de ciertas condiciones. ¿Cuáles
son y cómo se dan aquí?
Hacer ciencia
de nivel significa primero que todo dedicación y, en eso, el apoyo
institucional es importante. La Universidad apoya colaborando en la presentación
de proyectos, con las facilidades para salir a terreno; con las posibilidades
de construir, de a poco, tu laboratorio y tus espacios, de tener alumnos
y formar equipos. Eso es impagable.
-Se dice que
Chile no ofrece siempre las mejores condiciones para los científicos.
Tiene parte
de realidad y parte de mito. Una de las cosas que me preocupa es que somos
muy parroquianos y siempre “estamos mirándonos el ombligo”. Yo creo
que cuando uno quiere, puede; cuando uno tiene ganas y las capacidades
hay que perseverar para conseguir las cosas. Chile es un país tercermundista
y hay que hacerse cargo de eso; sin embargo en el último tiempo
han existido iniciativas importantes para acceder a fondos, con los cuales
hacer ciencia de primer nivel.
-De acuerdo
a sus estudios, ¿cuál es la característica central
de la región en términos vegetacionales?
Es muy importante
porque está dentro de lo que se conoce como hotspots (áreas
de alta biodiversidad) de Chile Central. Es una zona de transición
entre el clima mediterráneo típico de Chile Central y el
templado lluvioso de la zona sur. Es la región más rica en
términos de especies.
-Cuando se definieron
los hotspots se decía que en Chile no había muchos estudios
o propuestas de cómo hacer conservación. ¿Cuánto
se avanzado?
Nuestros estudios
permiten aterrizar las acciones de conservación a determinadas áreas.
Si interesa conservar Gomortega keule (queule), hay que saber dónde
está. Una vez que se sabe eso, hay que focalizarse en esos sectores
y hacer estudios más detallados, para saber con quién está
conviviendo, cuáles son las fábricas y las poblaciones que
están alrededor, el tipo de suelo, de manera que la información
se aterrice para ver si vale la pena o no hacer acciones de conservación,
porque en esto siempre está lo económico de por medio. Como
biólogos podríamos decir “este sector no se debiera tocar”,
pero hay que ser conscientes de que las presiones de tipo industrial y
de desarrollo urbano...la sociedad en su conjunto tendrá que ponerse
de acuerdo sobre lo que es más importante en ese minuto
-¿Creen
los biólogos que su opinión científica es considerada?
Hace poco comentábamos
con el director de Departamento (Roberto Rodríguez) que nadie es
profeta en su tierra. Nosotros cooperamos mucho con Conama central; de
hecho, nos llaman de montones de partes -como Departamento tuvimos una
participación importante en la elaboración del Libro Rojo
de la IV región- pero no de la octava región. Me extraña
que, en la región, Conama no se acerque más a nosotros.
Tenemos un proyecto
Fondecyt que terminamos el año pasado, que tiene toda la información
de cómo se distribuyen las especies en la región...se echa
de menos que haya sinergias con lo que nosotros hacemos para llevarlo a
un plano más aterrizado para definir, por ejemplo, sitios prioritarios
para conservación. (JVM) |