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30 años del 11 de septiembre de 1973
Una reflexión desde las ciencias humanas y sociales
En
distintos tonos, visiones, énfasis y pasiones,
cinco decanos de las áreas de las ciencias humanas
y sociales debatieron acerca de estas tres décadas
desde el golpe militar, en un foro organizado por la facultad
de Ciencias Sociales. La actividad concluyó con
preguntas de los estudiantes a los ponentes..
Bajo
la labor moderadora del docente de Periodismo, Héctor
Alarcón, los decanos Juan Saavedra, de Ciencias
Económicas y Administrativas; Eduardo Aquevedo,
de Ciencias Sociales; Sergio Carrasco, de Ciencias Jurídicas
y Administrativas; Eduardo Núñez, de Humanidades
y Arte, y Abelardo Castro, de Educación, reflexionaron
con mirada actual acerca de ese lapso.
Inició
la jornada Núñez, señalando que estamos
acostumbrados a vivir con necrologías y que nos
circundan los temas escatológicos; por eso, dijo,
hoy hablaremos de fantasmas, espectros y espíritus.
Recurrió al drama shakesperiano de Hamlet que,
junto al Manifiesto del Partido Comunista, comienzan con
la aparición de un espectro: el padre del protagonista,
en el primer caso, y el comunismo, en el segundo. Destacó
la importancia de no abandonar ni renunciar a nuestros
fantasmas, nuestro pasado, nuestra herencia.
Más
anecdótico y menos críptico fue Castro,
quien recordó sus años universitarios en
1973, fecha en que se inició una discusión
profunda acerca de cómo utilizar la educación
para que la violencia y el dolor no se volvieran a repetir.
En Europa, dijo, se establecía un debate similar,
donde el ser humano debe aprender a convivir. La
persona, su entorno, pasaban a ser interesantes en la
sala de clases. Ya no sólo se le entregaban contenidos,
sino que también se les escuchaba.
Más
político en su análisis, Aquevedo sostuvo
que el 11 de septiembre se estaba desarrollando un entorno
social más complejo: Pinochet, en Chile,
simplemente toma una antorcha que es una propuesta del
centro que rápidamente llega a la periferia.
Más allá de la ruptura del sistema democrático,
continuó, existió una violencia masiva que
constituyó el peor drama histórico durante
el siglo XX. A su juicio, el golpe de Estado corresponde
a nuestra cultura y pasado histórico. Una cultura
de la violencia en la sociedad chilena.
Desde
la economía, Saavedra se refirió a dos períodos
únicos en 30 años: 1970 a 1973
y 1973 a 1980. Son los peores para Chile, desde
un punto de vista económico. Son cifras tan negativas
que retrasaron el desarrollo del país. En
el índice de desempeño global de los últimos
30 años, dijo, el período obtuvo un 27.8%;
la inflación fue de 182%, en los tres años
de Allende y 120% en los siete primeros años de
Pinochet.
Sostuvo que la variación sin transiciones, desde
un esquema estatizado a un gobierno neoliberal, impidió
que las empresas se desenvolvieran de manera adecuada.
Por
último, Carrasco señaló que en todo
proceso histórico hay causas remotas, profundas
y otras desencadenantes; se trata de procesos complejos.
El decano destacó la importancia de conocer con
mayores fundamentos los procesos históricos para
evitar las visiones sesgadas. Dijo que Chile no ha sido
ajeno a la anormalidad político-constitucional,
recordando que, desde la Guerra de la Independencia, han
sido cuatro las revoluciones vividas en el país.
Para él, las causas profundas de lo ocurrido en
esa fecha se deben a que Allende obtuvo un gobierno
de minoría, lo que se unió a la recarga
ideológica. Esto transformó a las
personas en enemigas, sintiéndose recíprocamente
amenazadas.
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