Un acercamiento al volcán Llaima
Luego
de instalar los equipos, el grupo inició el ascenso
al cráter del volcán.
El
inicio de la actividad en el Llaima, en abril, se convirtió
en una gran oportunidad para que los estudiantes del electivo
de Geodinámica -que dicta el docente del departamento
de Ciencias de la Tierra, Klauss Bataille- pudieran fortalecer
sus conocimientos sobre la dinámica de los volcanes.
Una
semana después de decretada la alerta amarilla,
el académico y 8 alumnos -con apoyo del Departamento-
viajaron a la zona para instalar dos estaciones sismológicas
y de GPS (al norte y al este del volcán), destinadas
a monitorear la evolución en la actividad.
El
docente señala que, además del provecho
que reportaría a la docencia, el seguimiento constituía
una oportunidad para conocer el comportamiento del volcán
en sus fases previas a una erupción, ante la eventualidad
de que ésta se presentara, al igual como sucedió
en mayo de 1994.
Los
registros obtenidos en las estaciones mostraron bastante
actividad a nivel superficial, en las primeras semanas,
la que se mantuvo relativamente pareja en las siguientes,
como dice el académico. Esto agrega- fue
un indicio de que no se trataba de un fenómeno
estacionario, sino progresivo, razón por la cual
se optó por mantener uno de los equipos en el lugar.
Pese
a que no hubo erupción, las observaciones de estos
meses han servido para el desarrollo de una tesis de grado
en Geología. Bataille afirma que en estos estudios
una serie de observaciones, aunque no se trate de largos
períodos, permite hacer alcances interesantes,
como inferir por ejemplo, procesos físicos o dinámicos
que están actuando en un volcán.
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