Versión para imprimir

Panorama en PDFEn PDF
Requiere Acrobat Reader

Contáctenos

 

Optimizado para Explorer 4 o superior y resolución de 600X480

nro 473   Jueves 13 de marzo de 2003

PORTADA   • 
EDITORIAL  • 
TITULARES  • 
AGENDA   • 
lt.jpg (933 bytes) BUSCAR   • 
ANTERIORES   • 
EQUIPO   • 
CONTACTO  • 
 
 

 

 

 

 

  • PERSONAJES

Hernán Aguilera
En nuestra formación nos marcó
algo más que lo académico

Es de esos profesionales con jornadas intensas. Pero es suficiente que sepa que es de parte de la Universidad de Concepción, su universidad, para que el médico cirujano Hernán Aguilera Millas (casado, un hijo) se haga un espacio en su agenda de jefe de Cirujanos y jefe de Urgencias del Hospital del Trabajador de Santiago.

Junto a la cirugía, que no ha abandonado, administra parte fundamental de un establecimiento de salud complejo, pero exitoso. Ejerce además la subrogancia de la dirección médica del establecimiento porteño, su traslado a Concepción para estudiar en la Universidad al finalizar la década del 50 no fue en solitario, sino con 9 compañeros.

Se recibió en 1965 e hizo uso de una beca primaria de cirugía toráxica en el Hospital del Tórax. Luego se trasladó a Rancagua, volvió al Instituto de Enfermedades Respiratorias y fue médico residente, donde se intensificó la experiencia como cirujano de pulmón, esófago, corazón se intensifica. Se fue al Hospital de la FACH a Urgencia y desde 1981 está en el Hospital del Trabajador.

-¿Cómo fue su vida estudiantil?

En el Hogar de Estudiantes que funcionaba como la gran casa de todos quienes allí vivíamos y cuyo patio era el barrio en todo su esplendor. Allí hacíamos “maldades” (se ríe), íbamos a fiestas y participábamos de todas las actividades. Algo muy marcador era el impacto que la Universidad tenía en la ciudad en pleno que recepcionaba muy bien y cálidamente a los alumnos. Nunca nos sentimos extraños, sino que acogidos ampliamente.

-¿Quiénes fueron sus compañeros de promoción, aquéllos con los que se reúne oficialmente cada cinco años?

Ingrid Stehr, Ester Marcuse, importantes organizadoras de los encuentros; Eduardo Caffarena, Lautaro Román, Fernando Ruiz, quien vive y trabaja en Estados Unidos, y César Saavedra, en Alemania, quienes se han hecho presentes en nuestras reuniones.

-¿Cómo es trabajar en un hospital que no sabe de conflictos en el ámbito de la salud?

-El hospital es un modelo que se ha demostrado exitoso, nosotros tratamos fundamentalmente los accidentes del trabajo, administramos la legislación en tal sentido, prevenimos y pagamos la rehabilitación. Tenemos un respaldo económico importante porque la medicina hoy en el mundo, no sólo en Chile, es muy cara, no hay forma de pagarla. Pero también tenemos un respaldo técnico importante, como profesionales, como especialistas. Hay otro elemento central de cualquier análisis, recibimos a gente sana, que trabaja, jóvenes en su inmensa mayoría que se han accidentado. Podemos intentar muchas terapias con éxito y obtener logros de sanidad y reinserción laboral altos, precisamente por la condición de nuestros enfermos.

-¿Impacta trabajar en urgencia?

-En urgencias podemos estar con frecuencia observando ese hilo delgado entre la vida y la muerte, lo que es una experiencia vital. Frente a la imagen de médicos acostumbrados al dolor, que nada nos asombra y nada nos sensibiliza. Eso no es así.

-El ser cirujano es una experiencia vital, el ser humano inerme confiado en la “buena mano” de un profesional.

La cirugía suele relacionarse sólo con el bisturí y con el uso de las manos. El ejercicio de la cirugía es algo más amplio. El acto quirúrgico es una parte. Hay un olfato, un diagnóstico, está el post operatorio, las eventuales complicaciones de esta etapa, que requiere un manejo avanzado y prolijo. Los cirujanos formamos parte de un equipo, sin equipo no funcionamos.

-¿Su formación en medicina cómo la recuerda?

-Una buena formación académica, sin duda, pero a los ex alumnos nos marca otra cosa que no es sólo lo académico, es el desarrollo en valores y en la libertad del espíritu. En nuestra época éramos algo ingenuos, pero nos imbuimos de valores importantes, entre los que no se contaba la competitividad. Hoy día a mis nietos, desde el kinder, les instan a ser competitivos.

Mónica Silva Andrade

Panorama en Internet  ®     

   volver al inicio de página

[Portada]
[Editorial] [Titulares] [Agenda]
[Buscar] [Anteriores] [Equipo] [Contacto]

Universidad de Concepción

® Universidad de Concepción
Dirección de Relaciones Institucionales
Oficina de Comunicaciones