Los mitos reviven en la Escuela
de Verano
Enrique
Correa analizó la realidad actual latinoamericana
que tiene en la globalización una alternativa para
permitir al continente "poner fin alas sociedades
tradicionales y reemplazarlas por sociedades seculares".
Una
hermosa ceremonia inaugural dio comienzo a la Escuela
de Verano 2003 que tiene como tema Mitos fundacionales
y Mitos Culturales de América Latina.
La
apertura se efectuó el martes a las 11:45 horas
en la Casa del Arte y estuvo a cargo del rector Sergio
Lavanchy, quien en sus palabras destacó que entre
los mismos mitos se hallan las precursoras Escuelas de
Verano de nuestra casa de estudios.
Se
ha tratado y se trata aquí, en estas jornadas,
de reinventar y recuperar aquello que nos devuelve una
imagen coherente y particular de nuestro quehacer universitario,
señalado desde sus orígenes por la voluntad
de compromiso, el ansia ilimitada de libertad y el espíritu
de tolerancia guiado por un lema que es en sí mismo
un arquetipo y un desafío, señaló
el rector en su discurso.
Ahondando
en estos conceptos, explicó que la decisión
de abordar como unidad el tema del mito nos debe encontrar
en posesión de instrumentos de conocimiento e interpretación
de la realidad.
La
clase magistral, a cargo del filósofo y ex ministro
Secretario General de Gobierno, Enrique Correa, titulada
América Latina, Mitos y Modernidad comenzó
con la pregunta ¿Podrá América Latina
ser moderna y desarrollada a la vez? Para Correa, las
raíces de la América morena se hunden en
el mito y el peso de la noche se siente fuerte en
América Latina.
La
explicación de la desesperanza y la dificultad
para asumir el progreso que predomina en nuestro continente
la explica en el exterminio de que fueron objeto las culturas
originarias a la llegada de los españoles, hecho
que marcó para siempre la cultura. Algo estuvo
mal en nuestro propio origen, señaló.
Luego
de definir a las sociedades latinoamericanas como clasistas
y que no dan oportunidades de ascenso, concluyó
señalando que el futuro del continente se juega
ahora en Brasil, donde su presidente Lula, un obrero
metalúrgico hijo de la exclusión tiene en
sus manos el destino de América Latina.
La
ceremonia concluyó con una presentación
del taller de danza-jazz que recreó el mito maya
Aluxes.
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