Estanterías abiertas, motivando el conocimiento.
Un
significativo aumento en las consultas en sala ha registrado
la Biblioteca Central desde la puesta en marcha del sistema
de estanterías abiertas, hace dos meses. En agosto del
año pasado, las consultas alcanzaron a 332, en tanto que
en agosto de este año la cifra llegó a 3000. Estas
estadísticas son el reflejo numérico de un profundo cambio
en la forma en que los usuarios de la Biblioteca Central
se están aproximando al conocimiento que guardan los libros.
La
directora de Bibliotecas, María Eugenia Muñoz, señala
que hay un comportamiento distinto en los estudiantes.
Han reaccionado con soltura al contacto abierto con los
libros de las estanterías y “nos hemos dado cuenta además
que no sólo recorren sus áreas de estudio”. Nombra como
ejemplo que, en sus inspecciones en el tercer piso, ha
visto el interés con que algunos estudiantes de ingeniería
dedican tiempo a la lectura de textos de ciencias sociales.
Para
la bibliotecóloga, especialista en gestión de servicios
de información, el nuevo sistema permite ampliar la visión
de lo que es la biblioteca y sus colecciones, por el hecho
de que todo está a la vista y disponible. Una muestra
de esto es que en el primer mes han aumentado los préstamos
en áreas que tradicionalmente no son consultadas, como
religión, lingüística, arte y literatura.
La
directora señala que el impacto de estos cambios en los
alumnos es notable: están más motivados a la hora de estudiar,
y son más autónomos y activos en la selección de sus textos.
Y aunque la posibilidad de robos o mutilaciones de los
libros es una de las desventajas de este sistema, está
convencida de que los beneficios son tan altos que vale
la pena correr el riesgo.
Mientras
se espera una evaluación oficial del sistema –que se llevará
a cabo al finalizar el semestre- la Biblioteca se ha planteado
dos nuevos desafíos. El primero es enriquecer las colecciones
con libros de estudio básicos y complementarios, así como
otros que respondan a las demandas y gustos de todos los
usuarios.
El
segundo, es poner en marcha, a partir del próximo año,
un programa de formación de usuarios, para que alumnos,
estudiantes de posgrado y profesores conozcan a cabalidad
todos los servicios y las formas en que pueden ser optimizados
en función de sus intereses.
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