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Educación,
la mejor estrategia para
la prevención del consumo de drogas
El
futuro de la educación, explica Ponce, debe encauzarse
hacia nuevas estrategias que pasen por acercarse a la
educación humanista, donde el educando sea entendido,
y donde se estimule su capacidad de pensar clara, lógica,
profunda y ampliamente sobre las cuestiones humanas importantes.
Preocupado
por la relación entre la educación y el consumo de drogas,
el académico de la facultad de Ciencias Biológicas y vicepresidente
de la Asociación nacional de profesionales que trabajan
en adicciones, Asnaproa, Oscar Ponce, se refiere a las
estrategias para prevenir el consumo de drogas y plantea
que la mejor forma es desarrollar en el país una educación
más humanista.
“Pasamos
por una época en que la educación es más apreciada cuanto
más vocacional sea; donde se enfatiza el aprender cómo
hacer algo y no el aprendizaje liberal y humanístico de
cómo ser alguien”. El futuro de la educación, explica
Ponce, debe encauzarse hacia nuevas estrategias que pasen
por acercarse a la educación humanista, donde el educando
sea entendido, y donde se estimule su capacidad de pensar
clara, lógica, profunda y ampliamente sobre las cuestiones
humanas importantes.
¿Por
qué no pensar que además de enseñar a hacer cosas, hay
que enseñar a ser de otra manera?. La pregunta que surge
entonces la plantea Theodor Hesburgh: ¿aprender a hacer
o aprender a ser?. Ponce sostiene que una vez que se cambie
la estrategia de enseñar, logrando desarrollar en el educando
la inquietud de preguntarse ¿esto que aprendo me servirá
para ser mejor? O ¿ayudará a otros a ser mejores?, entonces,
se irá por el camino correcto de enseñar valores. He aquí
el propósito de la educación con humanidad, explica, o
la educación con un propósito moral que incluya aprender
valores.
Pero
¿cómo enseñar para que los objetivos temáticos de fenómenos
sociales vayan generando valores?. “Si nos preocupamos
del destinatario del mercado cultural en términos de saber
su cultura, sus actitudes o sus grados comunicacionales
y le damos a entender que esa cultura se puede acercar
al conocimiento científico; si junto a ello entregamos
caminos para que el aprendizaje libere a la persona para
que sea verdaderamente humana, estaremos en el itinerario
para que sea moralmente mejor y para que comparta con
otros la posibilidad de ser mejores”, recalca Ponce. Con
estos argumentos y desde una perspectiva positiva, nuestra
Universidad ha trabajado durante años en la problemática
del consumo de drogas, explica.
Teniendo
como destinatarios muchos ámbitos etarios de la sociedad,
los resultados de una gran variedad de investigaciones,
encabezadas por el doctor Ponce, han arrojado alentadores
resultados. Las propuestas educativas en el tema del consumo
de drogas, en un afán preventivo, con un enfoque familiar
y relacionados con la enseñanza de valores muestran cambios
actitudinales positivos al respecto. En el caso de estudiantes
universitarios, de una muestra de 6 mil alumnos, luego
de las entregas educativas, el 78% de los fumadores fuma
significativamente menos, el 88% de los bebedores del
alcohol bebe significativamente menos y 94% de los consumidores
de drogas ilícitas, deja absolutamente este hábito.
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