Sin
duda puede que una de las obras más enigmáticas
de la historia de la música sea esta misa de Réquiem.
Corría
el año 1791. A comienzos del mes de agosto un extranjero,
oculta su cara, golpeaba la puerta de los Mozart,
en Viena, para entregar una carta en que se solicitaba
una Misa de Réquiem para una persona que deseaba
quedar en incógnito. Ofrecía pagar la mitad de los
honorarios en ese momento y la mitad al final...
sólo que debía ser terminada en corto tiempo. Luego
de consultar el extraño encargo con su esposa, Constanza,
Mozart aceptó, considerada sobre todo su mala situación
económica; pero ocurrió que en ese mismo tiempo,
de Praga recibió un encargo: una ópera para la coronación
del emperador Leopoldo, para lo que escribió La
Clemenza de Tito, que se estrenó el 6 de septiembre...
Rápidamente debió regresar a Viena para finalizar
La Flauta Mágica, que debía ser estrenada el 30
de ese mismo mes.
La salud del compositor se deterioraba evidentemente.
Su discípulo y amigo Süssmayer estuvo siempre atento
a todo, ayudándole. Mozart acometió entonces la
labor del Réquiem con actividad febril, pero no
fue capaz de terminarlo.
Hizo venir hasta su lecho de enfermo a los solistas
de La Flauta Mágica, para que cantaran para él partes
de su Réquiem. Uno de ellos, su cuñada Sophie Haibel,
relata años después en una carta, cómo la muerte
sorprendió a Mozart cuando trataba de explicar a
Süssmayer cómo deseaba que resolviera un pasaje
de los timbales; era el 5 de diciembre.
Sin duda, Süssmayer finalizó el Réquiem, pero nunca
sabremos hasta qué punto él mismo escribió alguna
parte. Se encontraron más tarde bocetos del final
y, en todo caso, el estilo del alumno era tan parecido
al del maestro que siempre existirá una duda.
En
cuanto al desconocido que encargó la obra, fue descubierto,
ya que trató de dar a conocer el Réquiem como propio...
pero ya era imposible: Mozart lo dejó escrito para
su muerte y eso no se pudo desmentir.
(Colaboración
de Gonzalo Gamboa, programador Música Selecta de
Radio Universidad de Concepción).
Primer
Encuentro Coral
Con
ocasión del Día Nacional del Canto Coral,
el martes 21 se realizó el Primer Encuentro
Coral, en el hall del mural de la Casa del
Arte. Ante ese importante telón de fondo se
presentaron el Coro de Trabajadores de Petrox,
el Coro de Exalumnos del Liceo Charles de
Gaulle y el Coro de Edhuarte, la Escuela de
Humanidades y Arte para el Adulto Mayor de
la Universidad, dirigido por Mateo Palma.
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