El
decano de la facultad de Medicina, Octavio Enríquez,
junto al profesor de Salud Pública de la Universidad
de Columbia, Giorgio Solimano, recuerdan las vivencias
del doctor Enríquez Bello, uno como el padre que
guió sus pasos y el otro como un gran amigo del
primer director del departamento de Cirugía.
Con
el objetivo de recordar a los profesionales que
han sido base en el desarrollo del departamento
de Cirugía, se realizó el jueves pasado en el auditorio
de Medicina, un homenaje al primer director de la
unidad académica, Darío Enríquez Bello, profesor
Emérito en 1971 y fallecido hace trece años.
La
ceremonia permitió conocer la parte humana y el
aporte académico del padre del actual decano, a
través de los relatos del jefe del Servicio de Cirugía
del hospital Guillermo Grant, doctor Alfredo Hoffmann,
quien destacó el “enorme esfuerzo con el que desplegó
todo su conocimiento, afrontando un entorno atrasado
que dificultaba su labor”.
Sin embargo, éstas no fueron trabas “para enriquecer
a los futuros médicos con su sabiduría, ya que su
calidad docente y capacidad humanista les permitió
fortalecer sus habilidades y perfeccionar las técnicas
que manejaban”, resaltó Hoffmann.
De esta forma, la experiencia que entregaba siempre
cobijó a sus alumnos, por lo que fue inmortalizada
con el premio que lleva su nombre, a los mejores
becarios del Programa de Especialización en Cirugía
General, que para la promoción 2000 recayó en Claudio
Zúñiga y este año en Eduardo Núñez.
Después
de rememorar el espíritu de Darío Enríquez, el director
de la Escuela de Salud Pública de la facultad de
Medicina de la Universidad de Chile, doctor Giorgio
Solimano, dictó la conferencia La Salud Pública
y su Relación con las Especialidades Clínicas, donde
resaltó el nuevo desarrollo y posicionamiento de
la disciplina.
“La salud debe modernizarse a través de nuevas bases
conceptuales de investigación y conocimiento, centrando
sus esfuerzos en quienes demandan atención. Es decir,
en el conjunto de personas, la población”, indicó
Solimano.
Por
lo tanto, ha cambiado el perfil en salud, “ampliándose
a nivel comunitario –señaló el doctor- lo que se
traduciría en una gestión clínica preocupada en
las nuevas tecnologías, en los diseños organizacionales,
en los cambios de modelos atención y en la racionalización
de los gastos”.
Finalmente, el académico enfatizó los desafíos universitarios
en este tema, enfocados en una participación activa
en la toma de decisiones, ya que poseen la capacidad
investigativa y el conocimiento. Además, porque
forman a los profesionales que son el soporte efectivo
de la salud pública.
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