Revista Panorama

CONCEPCION CHILE N. 413

JUEVES 5  DE JULIO DE 2001

----------------------------------------------------


Anunciamos
Titulares
N£meros Anteriores
Buscar
Editorial
exalumnos

Manfred Schmuck Raimann
Vocación y afición reunidas

Para la formación de deportistas de élite es menester una orientación científica y en ese sentido creo que en Chile todo está muy circunscrito al fútbol. Habría que ampliarlo a otras. Un deportista de alto rendimiento requiere de un staff de apoyo multidisciplinario. Nosotros, como país, estamos lejos.

Su nombre y su especialidad profesional le han valido espacios en los medios de comunicación y ser conocido en el ámbito deportivo olímpico y de federaciones. Manfred Schmuck Raimann (53 años, casado, tres hijos), químico farmaceútico, es gerente de operaciones de Laboratorio Tecnofarma y secretario general de la Comisión Nacional de Control de Dopaje del Instituto Nacional del Deporte, ex Digeder. A nuestro plantel llegó a estudiar en 1965, procedente de Puerto Varas, justo cuando se iniciaba la experiencia del Propedeútico. "Una etapa fascinante e inolvidable -recuerda- un tiempo pleno de inquietudes, de grandes intereses políticos y culturales, de amplio debate ideológico y, en mi caso, de práctica deportiva. Hice atletismo, básquetbol y fútbol siempre con los colores de la Universidad". Su oficina es un collage de fotografías de sus viajes por varios continentes y de una actividad donde se reúne vocación y afición.

 

-¿Quiénes eran los muchachos de entonces y también los profesores?

-Tantos nombres que se me vienen a la memoria, pero diría que lo más interesante se forjó en el año común, lo que a la larga permite relacionarse con gente de una variedad de profesiones e intereses. Recuerdo a Martin Zilic, a Roberto Saelzer, a Tamara Yates, a profesores como Ennio Vivaldi, Edgardo Enríquez, Carlos von Plessing. Mi primera esposa, la doctora Cristina Riveros, es también de aquel entorno. Por el deporte me ha tocado viajar mucho y en muchos puntos del orbe alguna vez me he topado con algún ex alumno, aunque parezca increíble. En Panamá, me encontré con Calixto Malcom, un estudiante de Leyes de mi época. Ahora es un importante abogado en su país de origen y participó en el proceso que derivó en la entrega del Canal de Panamá.

- Resúmame su trayectoria profesional

- Partí en la Universidad de Concepción, en el Departamento de Fisiología de la Escuela de Medicina que creaba entonces una pequeña unidad sobre Medicina del Esfuerzo. Hice mi memoria de título sobre fisiología y mis estudios se centraron en los mineros del carbón de Lota, a cuya mina bajé unas quince veces. Esta es otra de las experiencias inolvidables ligadas con mi profesión. Trabajé luego en una farmacia privada y en 1978 me trasladé a Santiago, me desempeñé en importantes laboratorios, desde hace doce años estoy ligado a Tecnofarma en el área de planificación y producción.

- Usted se ha hecho conocido como dirigente deportivo

-Sucede que yo era deportista activo, ahora los años me suelen jugar malas pasadas (se ríe). Tengo dos maratones nacionales en el cuerpo, una de 42 y otra de 100 kilómetros en Puerto Varas; fui atleta y lanzador. Se dio entonces una conjunción entre mi profesión y mis aficiones deportivas que canalicé participando en las instancias dirigentes sobre el control del dopaje. Fui delegado y presidente del atletismo de la Universidad de Concepción. En Santiago fui director de la Federación Chilena de Atletismo; fui elegido presidente de la Federación Nacional de Ciclismo e integrante de la Comisión Técnica del Comité Olímpico de Chile. Fui y soy asesor de los últimos y del actual director del Instituto Nacional del Deporte y antes de la ex Digeder. Acompañando a los presidentes he viajado por todo el mundo. Estuve en las Olimpiadas de Sidney 2000; he presenciado tres juegos panamericanos y unos diez juegos sudamericanos, cuatro mundiales de atletismo y mundiales de natación. La emoción imborrable fue desfilar formando parte de la delegación chilena en las Olimpiadas de Sidney, detrás del portador de la bandera Nicolás Massú. Hacerlo antes 120.000 personas que gritan, aplauden y chilenos residentes que agitan banderas es una sensación difícil de explicar.

En el deporte de alto rendimiento, es decir para ser campeón mundial, no hay más alternativas que ingerir ciertas sustancias que suelen ser prohibidas. Los campeones olímpicos no se hacen sólo a punta de lechugas, carne, leche, fideos ¿hay algo de eso?

- Esto es igual que las enfermedades. La ciencia descubre un remedio, un paliativo, surge otra enfermedad, otro remedio. Las sustancia prohibidas, lo mismo; hay un listado que se sucede porque algunas -de repente- no lo son, se vuelve atrás porque surgen otras más fuertes que si lo son y así sucesivamente. Actualmente hablamos de la hormona del crecimiento que es un anabolizante muscular o la eritoproyetina, hormona que produce glóbulos rojos. Con el desarrollo de la bioingeniería algunas de éstas se hacen en el laboratorio, entonces ahí hay que esmerarse en saber cuáles son externas y cuales son las que produce el propio organismo. Además que con los grandes descubrimientos como el Adn, se abre un campo destinado a qué quizás. ¿Quién lo sabe?. Se pueda hacer un deportista perfecto. El Comité Olímpico de Chile, donde yo participo, se preocupa del tema por un asunto ético, pero también de proteger a los propios deportistas de los excesos que pueden convertirlos en campeones, pero también acortar su vida.

-¿Mantiene algún contacto con la Universidad de Concepción?

- Sí, con el profesor Vicente García; especialmente cuando vienen los deportistas de la Universidad a competir a Santiago . Con mis tres hijos, el mayor de los cuales nació en Concepción, hemos ido a conocer el Barrio de mi juventud, donde estudié, disfruté y fui tan feliz.

Mónica Silva Andrade