Chile tiene una de las mejores opciones de este continente (antes
que Argentina y México) para exportar carne a Europa. Así lo señaló la doctora
Margarita Arboix Arzo, catedrática de la Universidad Autónoma de Barcelona y funcionaria
del ministerio de Agricultura español.
La especialista, que dictó un curso para el posgrado de la facultad de Medicina
Veterinaria, en Chillán, explicó que Europa tiene poco terreno físico para la
producción animal, problema que han afrontado a través sistemas intensivos, que exigen
un manejo muy ajustado e implican una serie riesgos. De hecho, las infecciones se
transmiten más rápidamente y son muy difíciles de controlar, como ha quedado demostrado
con la fiebre aftosa y el mal de vacas locas.
Según Margarita Arboix, en el viejo continente las cabañas ganaderas que se han
cerrado no se volverán a abrir. En Inglaterra, por ejemplo, no van a reponer la masa
ganadera pérdida. Lo mismo ocurre con la fiebre porcina en Holanda.
En ese contexto, dijo, Chile se ve favorecido. El aislamiento de la estructura de
cordillera y su historia, que no registra grandes epidemias, ha posicionado favorablemente
al país en el viejo continente.
No obstante, para poder acceder a los mercados europeos es necesario avanzar en un
aspecto fundamental, como es la correcta evaluación de los medicamentos, a través de un
plan nacional de manejo de residuos. Ello significa que los productos médicos que se
distribuyen en la ganadería deben estar garantizados, tener claramente fijadas sus
características de calidad, seguridad y eficacia.
"Se requiere financiamiento, laboratorios y personal. Si el gobierno quiere que
funcione debe aportar los medios. Un programa nacional es sinónimo de confianza para los
importadores", señaló la experta española.
El decano de Medicina Veterinaria, Rubén Pérez, coincidió en que la Unión Europea,
con todos los problemas de fiebre aftosa y "vacas locas", además de peste
porcina, tiene la idea de no reponer la masa ganadera que ha sido sacrificada y suplir esa
demanda a través de importaciones.
También comparte la idea de que Chile, por sus condiciones epidemiológicaas
preferenciales, tiene una gran oportunidad de exportar carne bovina, siempre y cuando
pueda certificar su inocuidad. "Antes se decía que era muy difícil, en condiciones
muy puntuales y económicamente muy caro, pero lo cierto es que para la ganadería
nacional, acceder a mercados externos es una opción cada vez más real", concluyó
el académico.