El escritor mexicano Carlos Fuentes, al recibir el grado de Doctor
Honoris Causa que le confirió la Universidad Veracruzana el 20 de octubre, abordó el
tema de la educación superior desde la perspectiva de su inserción en la comunidad, y de
la urgente necesidad contar con una adecuada difusión de las actividades. En torno a ello
dijo:
"La educación en todas partes requiere un proyecto público que la apoye. En su
ausencia, la explosión de la demanda puede conducir a un submercado de baja calidad para
la población aunque de alta rentabilidad para sus dueños.
Defendamos la educación pública. Pero el proyecto público requiere la cooperación
del sector privado que, sin un proyecto público, acabará marginando a sus posibles
consumidores, toda vez que no es concebible en ninguna parte del mundo mayor producción
sin mayor educación, ni mejores niveles de vida sin ambos. Requiere también -me apresuro
a añadir- el apoyo del tercer sector, que incluye a buena parte del capital humano del
país. A veces, donde la burocracia es ciega, la sociedad civil identifica los problemas
de la aldea perdida, de la mujer que es madre y trabajadora, del barrio urbano donde
habitan los olvidados de Luis Buñuel, la fabela, la villa-miseria, la ciudad perdida. En
resumen, la educación latinoamericana debe ser un proyecto público, apoyado por el
sector privado y dinamizado por el sector social".