Fotografía al microscopio electrónico de bacterias
metanogénicas, que componen una biopelícula preparada por el grupo.-
Un equipo interdisciplinario del laboratorio de Microbiología Ambiental, del
departamento de Microbiología de la facultad de Ciencias Biológicas, liderado por el
doctor Homero Urrutia, y del laboratorio de Bioingeniería, del departamento de
Ingeniería Química de la facultad de Ingeniería, dirigido por la doctora Estrella
Aspé, ha venido trabajando desde hace unos cinco años, en la búsqueda de un sistema de
tratamiento biológico para compuestos establecidos en ambientes contaminados,
especialmente aquellos efluentes que contienen material orgánico, proveniente de desechos
petroquímicos y residuos de las plantas procesadores de pescado.
No cabe duda que el aporte constante de desechos industriales al ambiente de la zona
obliga a desarrollar una tecnología de tratamiento adaptada a la realidad ambiental que,
lamentablemente, se ha llegado a producir en la región.
Mediante el estudio de comunidades bacterianas nativas en aquellos ambientes
contaminados, el equipo procedió a seleccionar microorganismos altamente eficientes en la
degradación de residuos orgánicos para desarrollar biopelículas bacterianas e
instalarlas en biorreactores y, eventualmente, en futuras plantas de tratamiento de
residuos industriales.
¿Cómo se ha desarrollado esta tecnología?
Cuando un residuo de tipo orgánico llega a un sistema acuático, río, lago o mar, las
comunidades nativas del sistema, principalmente, bacterias, lo utilizan como fuente
alimenticia y, por lo tanto, hacen desaparecer, paulatinamente, del ambiente, el material
contaminante. Cuando estos compuestos orgánicos son aportados por la llegada de residuos
industriales al sistema acuático, la velocidad de autodepuración puede ser superada
debido a la velocidad de incorporación de nuevos residuos. Cuando esto ocurre, decimos
que el sistema se ha contaminado, el equilibrio ecológico ha cambiado a niveles que, en
algunos casos, llegan a poner en peligro la salud humana.
Se produce la aparición rápida de hidrógeno sulfurado y de otros compuestos y
ácidos orgánicos, debido a la desaparición muy importante de oxígeno que hace que el
agua se torne aneróbica y adquiera ese aspecto típico de los sistemas eutroficados.
Entonces, la pregunta que nos hicimos fue cómo lograr, mediante un manejo adecuado de
los microorganismos, que todo este proceso depurativo se desarrollara en una planta de
tratamiento biológico.
Junto al equipo de Ingeniería Química, la estrategia seguida fue monitorear estas
comunidades dentro de los lugares contaminados, por ejemplo, Isla Rocuant, en Talcahuano,
y la bahía de San Vicente.
¿Con qué tipo de bacterias se ha desarrollado el proceso?
Nos hemos preocupado de trabajar con tres grupos de bacterias principalmente. Bacterias
fermentadoras, reductoras de sulfatos y productoras de metano.
Las primeras, las fermentadoras, lo que hacen es tomar la materia orgánica original
para convertirlas en metabolitos intermediarios, podemos citar ácidos orgánicos,
alcoholes y aminas biogénicas los que son, posteriormente, utilizados por las bacterias
reductoras de sulfatos y la productoras de metano, que por último, producen CO2, amonio,
metano e hidrógeno sulfurado, que son los componentes finales de la cadena degradadora.
¿Eso equivale a desarrollar una tecnología de biopelículas bacterianas?
La tecnología existe, pero nuestro grupo ha avanzado hacia el diseño de biopelículas
específicas con fines biotenológicos concretos. Esto quiere decir que diseñamos
películas biológicas seleccionando microorganismos apropiados, dispuestos en una
cantidad determinada, sobre soportes específicos, para realizar una degradación
altamente eficiente y estable en el tiempo.
¿Cómo se comportan las bacterias, durante este proceso?
En la biopelícula se produce una secuencia bastante compleja de etapas degratativas,
pero que en suma, permite que la materia orgánica contaminante que entra al sistema
(biorretactor) desaparezca eficientemente del vertido industrial. Esta misma proyección
metodológica se ha aplicado a residuos derivados de la industria petroquímica, para la
degradación de hidrocarburos poliaromáticos de alto peso molecular.
Ahora, la continuación natural de nuestra línea de trabajo es proyectar la
utilización de esta tecnología innovada a la implementación de plantas de tratamiento
piloto, y después, a plantas depuradoras, etapas en donde la intervención del grupo de
bioingeniería se torna fundamental.