Entre las primeras felicitaciones por su elección recibió, de su hermana
en Santiago, la copia de un documento fechado en 1921, con la firma del rector Enrique
Molina, que acredita la calidad de Socio Cooperador de su abuelo materno, Eladio Sobrino.
Con este documento en la mano, Ana DallOrso se manifiesta orgullosa de integrar el
Directorio, siguiendo el interés que su abuelo -un español que se asentó en
Chiguayante- tuvo por la obra que se construía en esos años: la Universidad.
La arquitecta de 55 años, casada con el doctor Edgardo Condeza (tres hijas, cuatro
nietos) se dice cien por ciento penquista. "Llevo el río Bío Bío, el cerro Caracol
y la Universidad muy dentro" afirma. Por eso aceptó, la proposición de un grupo de
socios de "representar" a la comunidad penquista en la Corporación.
El hecho de ser la segunda mujer que integra el Directorio no representa para ella un
hecho especial desde la perspectiva de género. "Mi abuelo era poco machista y a
partir de él, en la familia siempre hubo confianza en la capacidad de las mujeres".
Sobre su nueva responsabilidad que compartirá con sus labores en tres empresas-
señala que su interés es fortalecer el espíritu regionalista de la Universidad, a
través de los aportes científicos y culturales que ella puede hacer al desarrollo de la
zona, así como su carácter democrático que se manifiesta en la posibilidad que ofrece,
con sus becas y beneficios, a jóvenes de escasos recursos para acceder a la educación
superior, algo que dice- la constituye en un factor de movilidad social. Estos dos
aspectos, a su juicio, se sustentan en una preocupación fundamental por el capital humano
académicos, alumnos y funcionarios- de la Universidad. DallOrso señala que a
pesar de las consideraciones económicas, la institución debe mantener los esfuerzos para
seguir cumpliendo sus objetivos humanistas y solidarios y contribuir, a través de la
educación, al desarrollo del país.