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Entender la forma en que las células obtienen la vitamina C del organismo, es una de las
preocupaciones de este estudio que se realiza en la facultad de Ciencias Biológicas. |
Cuando se acerca el invierno con su secuela de resfríos y gripes,
aparece en la demanda de la población y en los visibles escaparates de las farmacias la
oferta de vitamina C, en variadas formas, tamaños y cantidad. Todo ello invita a pensar
que estamos ante una panacea para muchos males y, naturalmente, conduce a la pregunta
¿qué hay de cierto en todo esto?
Recién se incorporó como académico de la facultad de Ciencias Biológicas el
investigador, biólogo celular, Juan Carlos Vera, de la facultad de Ciencias Biológicas,
con doctorados en Biología Molecular en la Universidad Austral de Valdivia y en la
Universidad Autónoma de Madrid, indaga acerca del comportamiento de esta vitamina.
Los resfríos
En realidad, a esa interrogante que plantea debo contestar, dice Juan Carlos Vera, con
una pregunta también muy simple ¿cómo se las arregla la vitamina C para entrar a la
célula? Y eso es fundamental, todavía no se puede contestar con certeza; mucho menos lo
que hace la vitamina C dentro de la célula. Entonces, lo que nosotros hemos venido
haciendo desde hace bastante años, es tratar de entender de qué manera las células
obtienen vitamina C. Nosotros los humanos no fabricamos vitamina C, tenemos que obtenerla
de la dieta. La vitamina C para ingresar a nuestro organismo tiene que hacerlo a través
del intestino, de ahí pasa a la sangre y de la sangre se distribuye a todos los tejidos.
Lo que nosotros estamos haciendo en este laboratorio es estudiar el mecanismo de control
de entrada al intestino y el mecanismo de entrada a distintas células, células tumorales
por ejemplo, de mama y de próstata, y cómo entra al cerebro, porque ahí hay otra
barrera que separa el cerebro de la circulación del resto del organismo que se llama la
barrera de hematoencefálica.
Estrés oxidativo "La pregunta grave, la pregunta más seria, es qué pasa
con el consumo de vitamina C en aquellos pacientes enfermos de cáncer. Y aunque la
respuesta es extremadamente difícil, la resumiría diciendo que no es aconsejable
consumir cantidades elevadas de vitamina C cuando hay cáncer, por la posibilidad de
fortalecer el tumor en vez de fortalecer al paciente. Las células tumorales desarrollan
una serie de mecanismos adaptativos que les permiten sobrevivir en un ambiente adverso.
Normalmente el organismo tiende a combatir un tumor, pero como sabemos, muchas veces
pierde la batalla. Un aumento en su capacidad para obtener vitamina C puede representar
uno más de los mecanismos desarrollados por las células tumorales para protegerse y
crecer más eficientemente.
Ahora bien, lo que nosotros creemos es que la vitamina C es un buen agente antioxidante
y protege las células de lo que hoy está muy de moda que se llama el estrés oxidativo.
Así, un mayor contenido de antioxidantes dentro de la célula estaría directamente
correlacionado con una mayor resistencia al estrés oxidativo". |
-Dice usted que todavía no se sabe, o no está claro, las funciones que
cumple la vitamina C en el organismo: ¿por qué entonces se le atribuyen una serie de
propiedades, como fortaleza frente al resfrío y otras agresiones?
Todo lo que la gente sabe, y me incluyo entre ellos, es que si uno toma vitamina C en
el invierno, parece que uno no se resfría. Eso es lo que todo el mundo ha sentido alguna
vez. Con la vitamina C uno evita los resfríos y aparentemente es correcto. Pero no se
conoce cuál es el mecanismo de cómo se produce. Más aún, se dice y se publica, no
solamente en los diarios sino en revistas científicas, que la vitamina C podría ser un
buen agente anticancerígeno. Existe dicho concepto. Ahora bien, si uno cultiva células
en vitro, y le agrega cantidades elevadas de vitamina C, produce un efecto citotóxico,
mata a la célula. Pero sucede que la vitamina C no distingue las células normales de las
tumorales y ahí está el problema. Se hicieron trabajos con células de mama
cancerígenas y midió directamente los contenidos de vitamina C y lo compararon con
tejido normal y obtuvieron que el contenido de vitamina C de las células afectadas era
mucho mayor que las otras, en un orden cuatro veces más elevado.
Nosotros lo que estamos tratando de entender cómo podemos modificar el contenido de
vitamina C en la célula. Esto que hacemos en vitro, queremos hacerlo en modelos animales.
Tratamos las células con radiación o con reactivos citotóxicos. Queremos saber si las
células que tienen más vitamina C resisten más a estos tratamientos que las células
que tienen menos vitamina C. Y se da el caso que las células con mayor cantidad de
vitamina C tienen mayor resistencia que las células corrientes.
Recordemos que los tumores contienen mayor cantidad de vitamina C que las células
normales. Hay muchos tumores que son tremendamente resistentes a la radiación, y a la
quimioterapia. Entonces la vitamina C sería uno de los factores que confieren
resistencia. Eso es lo que queremos aclarar.