Revista Panorama

CONCEPCION CHILE N. 365  

MIÉRCOLES 22 DE MARZO DE 2000

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Editorial
Ana María Hernández

Secretaria del mejor juzgado de Chile

El Segundo Juzgado del Crimen de Concepción fue elegido, en 1999, el Mejor Juzgado de Chile por la Corporación de Administración del Poder Judicial, en el marco de la reforma al sistema procesal penal que se implementa en Chile y en la perspectiva de la modernización del Poder Judicial. Al frente del mismo están dos mujeres profesionales, abogadas tituladas en nuestra Universidad, la juez María Elvira Verdugo Podlech, y la secretaria titular Ana María Hernández Hulin. entrevista.jpg (11955 bytes)

Con ésta última conversamos en su departamento del Cerro Caracol, con una vista impactante a toda la ciudad y sus alrededores y con las paredes repletas de las mejores obras de la plástica nacional, coleccionadas por su marido el también abogado, Felipe Martínez Silva. Ambos están de viaje, actualmente, por India, Indonesia, Nepal y Sudáfrica cumpliendo una de las grandes aficiones de la pareja. Tienen tres hijos, un arquitecto, una periodista y un estudiante de Ingeniería. Ninguno estudió Leyes, porque han visto las dos partes en casa desde pequeños y no les entusiasmó, explica.

¿Por qué su juzgado es el mejor de Chile?

-Consideraron la rapidez en la terminación de las causas; el número de sentencias dictadas; el número de causas afinadas y en base a resultados obtenidos. Lo hicimos con el trabajo y la dedicación de todo el personal, lo que por cierto nos enorgullece y nos pone una vara alta para seguir actuando en nuestra tarea.

¿Cómo nace su vocación por el Derecho?

-Mi tío Enrique Silva Segura, entonces juez del Crimen en Talcahuano, frecuentaba mi casa, y descubrió que desde niña yo tenía dotes humanistas y pasta de abogado. Creo que acertó porque aquí estoy 27 años después. Ingresé a la Universidad de Concepción para estudiar Derecho en 1968 y me recibí en 1973.

¿Cómo fue ese tiempo de estudiante?

-Muy bueno, tanto por el ambiente, como por los profesores y alumnos. Me acuerdo de gente como Alfonso Urrejola Arrau, que en Introducción al Derecho nos enseñaba la misión del abogado; Sergio Galaz "el Picho", que nos presentaba el Derecho como una ciencia que regulaba la vida en sociedad; a Ramón Domínguez Benavente, de Derecho Civil; Alvaro Troncoso, actual abogado integrante de la Corte Suprema, un académico con gran predisposición hacia el Derecho; René Ramos, profesor de Derecho Civil, un hombre totalmente vigente. Entre mis compañeros estuvieron Aldo Dino Bernucci, alcalde de Chillán; Rodrigo Biel, ministro de la Corte de Apelaciones de Talca; Jorge Colvin, juez en Santiago; Rosa Egnen, ministra de la Corte de Apelaciones de San Miguel; Jaime Jana, ex embajador; Guillermo Silva, quien recién terminó su período como presidente de la Corte de Apelaciones de Concepción y su hermano Darío, ministro de la Corte de Apelaciones de Chillán.

¿Cuándo ingresa al Poder Judicial?

-Al año siguiente de recibirme, en 1974, en el Primer Juzgado de Talcahuano que en aquel entonces era una instancia formadora de primera magnitud porque era civil, criminal, del trabajo, de menores y subrogante de la fiscalía naval. Pasé luego al Juzgado del Trabajo y actualmente soy secretaria titular del Segundo Juzgado del Crimen de Concepción. Me ha tocado estar como juez en algunas oportunidades .

Me he quedado atrapada en la ciudad, por mis hijos y mi familia y así lo he aceptado. A veces me ha pesado, especialmente cuando veo a compañeros míos que han llegado a ministros. Creo que en el marco de la Reforma Procesal Penal también tendré espacio para ser Juez de Control. Por lo pronto hice un curso de posgrado en la Universidad de Concepción sobre el nuevo Proceso Penal Chileno. Me gustó mucho ser alumna y entender los múltiples alcances de la misma, que nos plantea a los jueces grandes desafíos.

Desde su actividad usted está en contacto directo con lo peor de una sociedad con crímenes, dolores, sangre, armas, maltrato infantil, violencia contra la mujer ¿cómo se prepara anímicamente?

-Es necesario ir preparándose sicológica y paulatinamente con esa realidad para actuar en esos procedimientos en forma muy profesional. Soy muy sensible al tema del maltrato infantil y he aprendido que la situación de la mujer es muy menoscabada en nuestra sociedad y que es necesario trabajar para superar muchas actitudes culturales que conllevan a ahondar este menoscabo y que redundan en que ella no haga valer sus derechos y piense que algunas actitudes son naturales.

Dígale algo a un alumno o alumna de Derecho que está pensando en ingresar al Poder Judicial

-Le diría que hay que tener una vocación de servicio marcada, única forma de entregarte a ella en el marco de una institución jerarquizada, les diría que no hay que detenerse en el estudio y en el perfeccionamiento. Me he entregado, como todos mis colegas, a la capacitación que nos otorga el mismo Poder Judicial y me he sentido muy a gusto. La reforma procesal penal es una tarea enorme y en la que tengo muchas esperanzas puestas.

¿Cómo le influye la cercanía de su Escuela de Derecho y de su Universidad?

-Me influye positivamente y hace que el cordón umbilical con la Universidad no se corte nunca. El contacto diario en los tribunales con quienes fueron mis profesores hace todo tan natural que yo pueda acceder a uno de ellos en busca de una orientación. Somos además muchas las mujeres en el Poder Judicial y la gran mayoría somos ex estudiantes de la Universidad de Concepción. También están los encuentros anuales de los egresados de Derecho, donde participamos con entusiasmo.

Mónica Silva A.