CENTRO DE TECNOLOGÍA AGROINDUSTRIAL, UN NUEVO APORTE UNIVERSITARIO AL DESARROLLO DE LA REGIÓN
Los recursos que hicieron
realidad el centro fueron
aportados por el Fondo
Nacional de Desarrollo
Regional FNDR, 760 millones
de pesos, y la casa de
estudios penquista, 480
millones.
Uno de los desafíos más
importantes que se han planteado
diversos gobiernos, incluido el
actual, es lograr la ambiciosa
meta de que nuestro país llegue a
ser una potencia agroalimentaria.
Las condiciones agroecológicas
de la Región del Biobío animan
a muchos productores agrícolas
a soñar con ser parte de ese
proyecto. En tanto, las exigencias
de los consumidores a nivel global
son crecientemente mayores y
a ellos se debe responder con
calidad.
Indudablemente, la agregación
de valor, la inocuidad de lo
que se produzca requiere de
investigación, innovación y un
fuerte apoyo de tecnologías.
Es por esto que la existencia
del Centro Agroindustrial de la
Universidad de Concepción llega
de manera oportuna para que se
pueda atender a los requerimientos
de los agricultores de la región
y, especialmente, a los de la
provincia de Biobío, territorio
donde se ubica esta unidad.
“El proyecto tuvo sus inicios
hace 6 años, cuando un grupo de
académicos de la Universidad de
Concepción comenzaron a soñar
con una planta agroindustrial, que
permitiera entregar conocimientos
hacia el alumnado y sobre todo al
sector agroindustrial de la región”,
cuenta el director del centro, Rudi
Radrigan.
Los recursos que hicieron realidad
el centro fueron aportados por el
Fondo Nacional de Desarrollo Regional
FNDR, 760 millones de pesos,
y la casa de estudios penquista,
480 millones.
La unidad agroindustrial, que depende
de la facultad de Ingeniería
Agrícola del Campus Chillán, está
localizada en el predio Mackenna
a 4 kilómetros de la ciudad de Los Ángeles.
Tiene 720 metros cuadrados en los
que se distribuyen oficinas; salas
de reuniones, capacitación y de
procesos, además de espacios para
laboratorios y almacenamiento de
productos.
El Centro tiene por objetivo desarrollar tecnologías y servicios
especializados en el ámbito de la
ingeniería de procesos, poscosecha,
instrumentos y procedimientos
aplicados a alimentos y busca
contribuir al impulso de micro,
pequeños y medianos agricultores
de las provincias de Biobío y Ñuble,
entregándoles apoyo técnico en el
desarrollo de procesos y productos,
sistemas de mejoramiento de la
productividad y calidad de los
alimentos (desde la obtención
de la materia prima hasta que el
producto llega hasta el consumidor
final). Asimismo, está orientado al
desarrollo de equipos acordes a la
realidad agroalimentaria chilena
y a fomentar el intercambio de
conocimiento entre investigadores
nacionales e internacionales.
En sus 18 meses de operaciones,
la unidad ha asesorado a 80
empresas entre las que se cuentan
las exportadoras hortofrutícolas,
los productores de berries,
carnes, lácteos, miel; industrias
cerealeras, molinos de harina,
elaboradoras de shampoo y extractoras de compuestos como
omegas de aceites de pescado.
Las instalaciones cuentan con tres
plantas pilotos para la elaboración
de alimentos (vegetales, cárneos
y lácteos); una para congelar y
refrigerar, cinco procesadoras de
riles; una ionizadora y cloradora
de agua; un laboratorio de control
de calidad y de bromatología.
A la hora de evaluar y proyectar
desafíos, Radrigan señala que “aunque el financiamiento es escaso
y el personal es poco, nos
está yendo bien, tenemos convenios
internacionales con prestigiosas universidades y centros de investigación
de América y Europa.
El desafío que tenemos es crecer
en investigación y desarrollo, incrementar
un poco la planta de
investigadores, lograr algún convenio
con centros de Asia. Ya hemos
iniciado conversaciones con
instituciones de China”.
En investigación, la unidad se
aboca al desarrollo de alimentos
funcionales, al análisis de
propiedades físicas por métodos
no destructivos y a la extracción
de principios activos.
A esto se agregan proyectos para
la producción de paté de perdiz,
topinambur y manjar; y en la línea
no alimentaria se agrega la elaboración
de productos para animales – un shampoo para mastitis y otro
antiséptico-.
En el campo de las tecnologías
cuentan con una máquina para
la evaluación de textura de cerezas
por métodos no destructivos,
que está trabajando con empresas
exportadoras de esta fruta. También
han fabricado un colorímetro,
equipo destinado a detectar
la calidad de la leche por interferometría.
Las proyecciones del Centro
Agroindustrial de constituirse en
un factor de desarrollo agrícola
responden a las que tiene la región,
la Universidad de Concepción y
los productores. Favorece esta
perspectiva las demandas de los
mercados y sus exigencias, para lo
cual se necesita de investigación
aplicada y tecnologías acordes con
estos requerimientos.
INAUGURACIÓN
El Centro fue inaugurado el 6
de septiembre, con la presencia
de autoridades universitarias y
regionales, quienes destacaron las
proyecciones y aportes de la nueva
unidad de la casa de estudios.
En la oportunidad, el rector Sergio
Lavanchy resaltó que tanto en la
Universidad como en el Gobierno
Regional existe una clara decisión
“de potenciar el proyecto como
una real alternativa de desarrollo
de la agroindustria nacional”.
En tanto, el Intendente Víctor Lobos
destacó los aportes de nuestra
institución al desarrollo regional,“con iniciativas que contribuyen
a sacar el máximo provecho de
nuestras potencialidades, tanto en
capital humano, como en recursos
naturales”.
Por su parte, el decano de Ingeniería
Agrícola, Eduardo Holzapfel,
fue enfático al señalar el compromiso
del Centro “de entregar todo
nuestro esfuerzo para apoyar el
desarrollo de la región en materia
de agroindustria y alimentos”, a la
vez que recalcó que la unidad se
caracterizará “por tener un sello
de ingeniería aplicada a las soluciones
de la problemática” del
sector. |
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