INTERACCIÓN SISTEMA INMUNE-ESTROMA EN CARCINOGÉNESIS DE LABIO
El principal objetivo de esta
línea de trabajo ha sido
identificar los mecanismos
que determinan que una
lesión labial premaligna,
como la queilitis actínica,
se malignice; es decir, se
transforme en cáncer.
El debilitamiento de la capa de
ozono en la zona antártica ha producido
un aumento de la incidencia
y prevalencia de lesiones premalignas
y malignas (cáncer) de
piel y labios en países como Chile
y Australia.
En el último tiempo, los especialistas
han insistido sobre los riesgos
que la exposición a los rayos
ultravioleta (UV) supone para la
piel, generando conciencia entre
la población sobre la necesidad de
incorporar medidas de protección
como el uso de filtros solares.
Pero esa preocupación no se refleja
del mismo modo en relación a
los efectos de los rayos UV sobre
los labios. “Es como un terreno
de nadie”, dice la doctora Gina
Rojas, quien lidera un grupo de
investigación de la facultad de
Odontología dedicado al estudio
del cáncer de labio y de la queilitis
actínica (QA).
Hace 3 años, el Grupo terminó
un proyecto Fondecyt dedicado a
estudiar el rol del mastocito (una
célula del sistema inmune innato
asociada a las alergias) en la patogénesis
de queilitis actínica.
La investigación demostró que
estas células aumentan progresivamente
en número mientras más
maligna es la lesión y que, a través
de distintos mediadores, como
la triptasa, induce cambios morfológicos
y funcionales tanto en el
tejido epitelial y conectivo (estroma)
del labio.
Y ahora esperan dar un paso más
en este tipo de estudios con el
proyecto Interacción sistema inmune-
estroma durante carcinogénesis
de labio, también financiado
por Fondecyt.
Dado que la incidencia de QA y
cáncer de labios es mayor en personas
inmunodeprimidas, la investigación
postula que el proceso de
formación del cáncer de labio, o
carcinogénesis labial, además de
ser inducido por la radiación UV,
es regulado por el sistema inmune.
CITOQUINAS EN PUGNA
La carcinogésis labial se caracteriza
por cambios en el epitelio y
estroma. En el primero hay un aumento
de la proliferación y una alteración
en la expresión de genes
reguladores del ciclo celular (p53)
e inflamación (producida por ciclooxigenasa
2, COX-2); mientras que en el estroma aumenta progresivamente
la densidad de fibroblastos
y de células del sistema inmune
innato como los mastocitos,
además de producirse una degradación
de la matriz extracelular,
conocida como elastosis.
Aunque se han detectado células
del sistema inmune específico –ciertas subpoblaciones de linfocitos-
en carcinogénesis labial,
este infiltrado ha sido poco caracterizado
en queilitis actínica y en
carcinoma de células escamosas
de labio (la forma en que mayoritariamente
se presenta el cáncer
labial).
Este es el foco a que apunta la
nueva investigación.
“Hoy se sabe que la célula cancerosa
tiene poder de replicación
ilimitado y que evade todas las
señales del sistema inmune que
le dicen que no se multiplique, y
que crea un microambiente a su
alrededor, usando células normales
a su favor”, explica la doctora
Rojas.
En la etapa premaligna, agrega,
la célula comienza a secretar una
serie de sustancias (citoquinas)
que actúan sobre el tejido que la
rodea (el estroma) creando condiciones
que favorece el desarrollo
tumoral.
Aquí cobran importancia las citoquinas
secretadas por distintas
sub poblaciones de linfocitos T,
que infiltran los tumores (TIL).
Estas citoquinas, TH1, TH2, y T
reguladoras (Treg) entran en pugna
en la formación del microambiente
tumoral: una polarización
hacia TH1 de los TIL se asocia a
un buen pronóstico; mientras que
las citoquinas TH2 y Treg inhiben
la respuesta inmune celular necesaria
para la erradicación de células
tumorales, estimulando por
otra parte angiogénesis (formación
de nuevos vasos sanguíneos),
inflamación y remodelación de la
matriz extracelular.
La relevancia de este proceso se
explica porque la caracterización
de los TIL ha probado ser un predictor
de gran precisión para el
pronóstico clínico y de sobrevida
en distintos tipos de cáncer.
En base a este proceso, la investigación
se está desarrollando en
dos frentes: a nivel de biopsias
clínicas y de estudios in vitro, utilizando
células del estroma labial
como fibroblastos, mastocitos y
células endoteliales.
En las muestras clínicas de labio
normal, queilitis actínica y cáncer
de labio se están analizando las
distintas subpoblaciones de linfocitos
que infiltran el estroma labial
para determinar su asociación
con alteraciones presentes en las
células tumorales (como la expresión
alterada de COX-2 y p53) y en
el estroma (como angiogénesis,
elastosis e inflamación). Técnicas
como inmunohistoquímica, histoquímica,
inmunofluorescencia doble
y RT-PCR están siendo utilizadas
en estos estudios.
También se está caracterizando la
expresión de citoquinas TH1, TH2
y Treg y su relación con subpoblaciones
de linfocitos infiltrantes en
labio normal, queilitis actínica y
carcinoma de células escamosas
de labio.
Los análisis in vitro están orientados
a conocer los efectos conjuntos
de la radiación UV y de citoquinas
TH1, TH2 y Treg sobre la proliferación
de células del estroma labial
y en la expresión de genes reguladores
de angiogénesis, inflamación
y de la matriz extra celular
mediante ensayo MTT (que mide
supervivencia y proliferación celular),
RT-PCR,inmunocitoquímica,
inmunofluorescencia y ELISA/EIA.
De este modo, se espera generar
conocimientos que permitan detectar
a tiempo lesiones premalignas
que presentan mayor riesgo de
malignizarse.
“Queremos lograr establecer la
asociación entre el tipo de infiltrado
inmune y el grado de malignidad
de los tumores y movernos
hacia el desarrollo de terapias que
permitan que las células inmunes
que están en el tumor sean las que
lo van a eliminar y no las que favorecen
su crecimiento”, señala
la investigadora.
La idea, agrega, es tener una suerte
de patrón molecular y celular
tanto de las lesiones premalignas
como malignas, “para apuntar a
tratamientos más personalizados,
que es la tendencia actual; pero
también avanzar hacia la normalización
del estroma, modulando la
angiogénesis, disminuyendo la inflamación y estimulando, además,
la llegada de células inmunes que
favorecen la erradicación del tumor”. |