En la Patagonia estudian efectos del cambio climático
El clima se encuentra en
constante variación. Para la
comunidad científica actual,
entender y estimar el impacto
de este cambio se ha
convertido en uno de los
problemas más significativos
y controversiales: el cambio
climático está ocurriendo,
aunque sus causas aún no
están bien comprendidas.
Durante el último tiempo se ha
desarrollado una gran cantidad de
modelos capaces de predecir un
posible aumento en la temperatura
del planeta, debido a las crecientes
concentraciones de gases de efecto
invernadero. Sin embargo, para
aumentar la certeza de estos
modelos climáticos se requiere data
de largo término, la que muchas
veces no existe.
Frente a ello, diferentes autores
han utilizado los registros paleoclimáticos presentes en los sedimentos lacustres, de modo de mejorar
los sistemas predictivos.
Respecto de reconstrucciones climáticas del planeta, comparaciones entre
estudios realizados en el Hemisferio Norte y el Hemisferio Sur, evidencian
la falta de mediciones instrumentales y la escasa cantidad de investigaciones
sobre reconstrucción climática basadas en diversos proxies (indicadores)
lacustres, en el Hemisferio Sur. Además, se observa una carencia en la
utilización de información histórico-documental, con la cual contrastar
las inferencias climáticas obtenidas por proxies naturales.
En ese contexto, el proyecto Fondecyt Cambios ambientales en los
ecosistemas lacustres patagónicos durante los últimos mil años: ¿coinciden
con elementos climáticos del Hemisferio Norte? pretende comprobar la
ocurrencia, en la Patagonia Septentrional de Chile, de eventos climáticos
a escala decadal-centenal, descritos para el Hemisferio Norte, durante
el holoceno tardío: Período Cálido Medieval (MWP) y La Pequeña Edad de
Hielo (LIA).
Para ello se utilizan núcleos de sedimento obtenidos en lagos de esa región
y se estudian proxies de tipo biológico (diatomeas, polen, quironómidos),
sedimentológico y se realiza un análisis histórico documental (crónicas
españolas, documentos republicanos, etc.).
INDICADORES
El director del proyecto, Roberto Urrutia, explica que la particularidad
de los registros sedimentarios es que permiten obtener información acerca
de las condiciones ambientales pasadas . De este modo, se pretende
determinar la temperatura y las precipitaciones de los últimos años enla Patagonia, de forma de calibrar los modelos del clima futuro.
El trabajo involucra procesamiento de muestras con distintos indicadores
biológicos y físico-químicos, además de estudiar parámetros
sedimentológicos para analizar los cambios de esas condiciones.
Posteriormente, los resultados obtenidos a través de estos indicadores
(proxies) sedimentarios se combinan con la información histórica con la
finalidad de obtener una inferencia integrada de la variabilidad climática
natural de la Patagonia.
LA PEQUEÑA EDAD DE HIELO
La evidencia documental se inició con la revisión de las primeras
expediciones realizadas a la zona de la Laguna San Rafael. Las más antiguas
datan de 1675 y corresponden a una rudimentaria cartografía temprana
de la época, en ese entonces llamada, Laguna de la Candelaria, indicarían
que el glaciar se encontraba confinado al interior del fiordo. Posteriormente,
estudios de 1766, 1875 y de 1898, permiten inferir el comportamiento
del glaciar, registrándose un avance de hasta 9 km al interior de la laguna.
Urrutia señala que, al comparar los resultados obtenidos con eventos
específicos como la LIA, han podido determinar que en los 100 años que
involucran las primeras expediciones se observa un retroceso y luego un
avance de similar magnitud a los ocurridos en época actual. “El avance del glaciar coincide con el último máximo de la LIA en Europa;
mientras que la condición de retroceso inicial reproduciría la posición actual del glaciar pero con una concentración de gases de efecto invernadero
mucho más baja. Queremos corroborar esta información histórica con
los proxies obtenidos de los distintos lagos de la Patagonia”, señala el
investigador del centro Eula.
De acuerdo a los análisis de esos resultados, Urrutia agrega que al momento
pareciera ser que el comportamiento de los ecosistemas lacustres obedece
a un comportamiento cíclico de avance y retroceso de los glaciares. Para
interpretar y confirmar esa información es necesario datar las columnas
de sedimentos obtenidas en los distintos escenarios y realizar análisis de
los indicadores biológicos, etapa en la que se está actualmente.
ACTIVIDAD ANTRÓPICA
Otro aspecto estudiado dentro del mismo proyecto es el análisis del efecto
de la actividad antrópica, concretamente de los incendios forestales de
principios de siglo que quemaron gran parte de la Patagonia. Para ello se
utiliza la información histórica, que documenta cómo era ese sector antes
de la llegada de los colonos, y el análisis de los registros sedimentarios
lacustres.
“Además de los cambios climáticos buscamos cuáles han sido los efectos
que sobre estos ecosistemas han tenido los incendios, uno de los impactos
ambientales más importantes del siglo pasado”, señala Urrutia.
PUBLICACIÓN
El equipo de trabajo está integrado
por Roberto Urrutia (jefe del proyecto), Alberto Araneda, Ricardo
Barra, el historiador Fernando
Torrejón, Fabiola Cruces y Laura
Torres.
En 2007 el equipo publicó en la
revista The Holocene, el artículo
Historical records of San Rafael
glaciar advances (North Patagonian
Icefield): another clue to ‘Little
Ice Age’ timing in southern Chile?,
donde se da cuenta de los
documentos históricos que
describen el comportamiento de
la Laguna San Rafael.
Se espera que las inferencias
integradas de los tres proxies
biológicos, junto con la evidencia
documental, permitan identificar
la existencia de los eventos
climáticos antes mencionados.
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