Trufas, una alternativa productiva agroforestal
Un equipo de investigadores
del Laboratorio de
Biotecnología de Hongos del
departamento Forestal del
Campus Los Ángeles,
encabezado por los doctores
Guillermo Pereira y Angela
Machuca, se ha lanzado en la
búsqueda de la adaptación del
cultivo de las trufas como una
alternativa productiva
innovadora y rentable que
abrirá perspectivas
económicas a pequeños y
medianos productores
agroforestales de la provincia
de Bío Bío.
La investigación aplicada a procesos
productivos a través de la
generación de tecnologías de punta
es un desafío que se ha planteado
nuestro país y al que responden
crecientemente las universidades.
Se trata de aumentar las
capacidades competitivas
diversificando la oferta de productos para aprovechar las oportunidades
que ofrece la apertura comercial.
Dentro del amplio campo de la
silvicultura intensiva, la Universidad
de Concepción, a través del
Laboratorio de Biotecnología de
Hongos, ha diseñado una línea de
investigación que persigue el
desarrollo de una tecnología para
el cultivo de trufas, que son
consideradas una alternativa
productiva de alta rentabilidad. El
producto tiene una demanda creciente en países europeos como España,
Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Bélgica, y otros como Estados
Unidos y Japón que disfrutan de la alta gastronomía y donde las trufas
son apreciadas como un producto de lujo por su valor culinario, llegando
su valor de mercado a unos cuatro mil dólares por kilo.
Las trufas blancas Tuber magnatum y Tuber borchii han sido elegidas para
el desarrollo de este proyecto, que intenta producir tipos de inóculos en
laboratorio para inducir micorrizaciones controladas de plantas en vivero.
La investigación se lleva a cabo en la provincia de Bío Bío donde se busca
incorporar como actividad productiva en una superficie no menor de
terrenos subutilizados en los que existen plantas leñosas -comúnmente
utilizadas como cortinas cortaviento- con las cuales las trufas realizan los
requeridos procesos simbióticos para su crecimiento.
El director del proyecto, el doctor Guillermo Pereira, señala que en sus
comienzos el proyecto consideraba trabajar con sauce crespo (Salix
crapea), álamo blanco y negro (Populus nigra y P. alba) y pino piñonero
(Pinus pinea). Sin embargo, debido a que los sistemas radiculares,
especialmente de Salix, no son los más adecuadas para que se produzca
la simbiosis, se han integrado también especies del género Quercus
(Quercus robur, Q. ilex y Q. cerris) y avellano europeo (Coryllus avellano), que están dando buenos resultados en la “simbiosis micorrícica” esperada.
El docente explica, además, que con la especie Tuber borchii se han
logrado buenos resultados respecto a la producción de inóculo miceliar
en biorreactor, consiguiéndose en aproximadamente 20 días cantidades
apreciables de biomasa, que posteriormente es empleada en la micorrización
controladas de las plantas.[subir]
Otro de los desafíos de la investigación, es la corrección de los valores
del pH de suelos en campo, pues el cultivo de trufas requiere características
específicas de alcalinidad. Al respecto, el Dr. Pereira señala que las
condiciones naturales de pH de los suelos de nuestra zona en general son
de aproximadamente 5,8 a 6,5. Por ello se debe corregir el pH a través
de encalados, utilizando productos comerciales (cal agrícola y en lo posible
cal proveniente de minas naturales). “Nuestra experiencia nos ha llevado
a aplicar, de acuerdo a la determinación de curvas de encalado, entre
20 y 30 toneladas de cal por hectárea para alcanzar los valores de pH
deseados, con seguimiento permanente, a través de análisis de suelo,
para ver la reacción de los diferentes nutrientes en el perfil de éste”.
Se estima que la entrada en producción de las plantaciones truferas se
lograría a los ocho o diez años de establecidas, y que los rendimientos
llegarían a los 10 o 20 kilos anuales por hectáreas, entrando en producción
plena después de dos décadas, con rendimientos de hasta 40 kilos por
hectárea al año. El Dr. Pereira indica que la durabilidad de una plantación
en producción se relaciona con la vida de las especies hospederas, por
lo cual una plantación trufera debiera estar en producción 40 años como mínimo. Esto, agrega, siempre y cuando el agroforestador tenga la
preocupación de aportar con los requerimientos que demanda el cultivo
de las trufas. [subir]
De darse las condiciones ideales
para el cultivo de las trufas, a través
de tratamientos silviculturales
adecuados al suelo y conocimientos
biotecnológicos para inducir la
simbiosis y lograr plantas bien
micorrizadas, éste es un cultivo
altamente rentable que no requiere
de grandes inversiones una vez
establecida la plantación en campo,
señala el docente.
Con el apoyo de Innova Bío Bío y en
alianza estratégica con la
Universidad de Murcia, la Sociedad
Agrícola del Valle del Laja y Kugar
Expor, este proyecto amplía las
perspectivas de beneficio económico
para productores agrícolas de
pequeño y mediano tamaño,
poniendo, así, la investigación
científica al servicio del desarrollo
de la provincia de Bío Bío.
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