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Dirección de Investigación de la Universidad de Concepción - Nº 20 -junio 2009

 

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Proyecto Innova

Trufas, una alternativa productiva agroforestal

Un equipo de investigadores del Laboratorio de Biotecnología de Hongos del departamento Forestal del Campus Los Ángeles,
encabezado por los doctores Guillermo Pereira y Angela Machuca, se ha lanzado en la búsqueda de la adaptación del cultivo de las trufas como una alternativa productiva innovadora y rentable que abrirá perspectivas económicas a pequeños y medianos productores agroforestales de la provincia de Bío Bío.

La investigación aplicada a procesos productivos a través de la
generación de tecnologías de punta es un desafío que se ha planteado nuestro país y al que responden crecientemente las universidades. Se trata de aumentar las capacidades competitivas
diversificando la oferta de productos para aprovechar las oportunidades que ofrece la apertura comercial.

Dentro del amplio campo de la silvicultura intensiva, la Universidad
de Concepción, a través del Laboratorio de Biotecnología de Hongos, ha diseñado una línea de investigación que persigue el
desarrollo de una tecnología para el cultivo de trufas, que son
consideradas una alternativa productiva de alta rentabilidad. El
producto tiene una demanda creciente en países europeos como España, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Bélgica, y otros como Estados Unidos y Japón que disfrutan de la alta gastronomía y donde las trufas son apreciadas como un producto de lujo por su valor culinario, llegando su valor de mercado a unos cuatro mil dólares por kilo.

Las trufas blancas Tuber magnatum y Tuber borchii han sido elegidas para el desarrollo de este proyecto, que intenta producir tipos de inóculos en laboratorio para inducir micorrizaciones controladas de plantas en vivero. La investigación se lleva a cabo en la provincia de Bío Bío donde se busca incorporar como actividad productiva en una superficie no menor de terrenos subutilizados en los que existen plantas leñosas -comúnmente utilizadas como cortinas cortaviento- con las cuales las trufas realizan los
requeridos procesos simbióticos para su crecimiento.

El director del proyecto, el doctor Guillermo Pereira, señala que en sus comienzos el proyecto consideraba trabajar con sauce crespo (Salix crapea), álamo blanco y negro (Populus nigra y P. alba) y pino piñonero (Pinus pinea). Sin embargo, debido a que los sistemas radiculares, especialmente de Salix, no son los más adecuadas para que se produzca la simbiosis, se han integrado también especies del género Quercus (Quercus robur, Q. ilex y Q. cerris) y avellano europeo (Coryllus avellano), que están dando buenos resultados en la “simbiosis micorrícica” esperada. El docente explica, además, que con la especie Tuber borchii se han
logrado buenos resultados respecto a la producción de inóculo miceliar en biorreactor, consiguiéndose en aproximadamente 20 días cantidades apreciables de biomasa, que posteriormente es empleada en la micorrización controladas de las plantas.[subir]

Otro de los desafíos de la investigación, es la corrección de los valores del pH de suelos en campo, pues el cultivo de trufas requiere características específicas de alcalinidad. Al respecto, el Dr. Pereira señala que las condiciones naturales de pH de los suelos de nuestra zona en general son de aproximadamente 5,8 a 6,5. Por ello se debe corregir el pH a través de encalados, utilizando productos comerciales (cal agrícola y en lo posible cal proveniente de minas naturales). “Nuestra experiencia nos ha llevado a aplicar, de acuerdo a la determinación de curvas de encalado, entre 20 y 30 toneladas de cal por hectárea para alcanzar los valores de pH
deseados, con seguimiento permanente, a través de análisis de suelo, para ver la reacción de los diferentes nutrientes en el perfil de éste”.

Se estima que la entrada en producción de las plantaciones truferas se lograría a los ocho o diez años de establecidas, y que los rendimientos llegarían a los 10 o 20 kilos anuales por hectáreas, entrando en producción plena después de dos décadas, con rendimientos de hasta 40 kilos por hectárea al año. El Dr. Pereira indica que la durabilidad de una plantación en producción se relaciona con la vida de las especies hospederas, por lo cual una plantación trufera debiera estar en producción 40 años como mínimo. Esto, agrega, siempre y cuando el agroforestador tenga la
preocupación de aportar con los requerimientos que demanda el cultivo de las trufas. [subir]

De darse las condiciones ideales para el cultivo de las trufas, a través de tratamientos silviculturales adecuados al suelo y conocimientos biotecnológicos para inducir la simbiosis y lograr plantas bien micorrizadas, éste es un cultivo altamente rentable que no requiere de grandes inversiones una vez establecida la plantación en campo, señala el docente.

Con el apoyo de Innova Bío Bío y en alianza estratégica con la
Universidad de Murcia, la Sociedad Agrícola del Valle del Laja y Kugar Expor, este proyecto amplía las perspectivas de beneficio económico para productores agrícolas de pequeño y mediano tamaño, poniendo, así, la investigación científica al servicio del desarrollo de la provincia de Bío Bío.

 

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