Desmenuzando
el IMAGINARIO SOCIAL
del “Otro” Chile
La investigación, de corte cualitativo, trabaja a
través de la construcción del imaginario social
del Otro detectado mediante la producción discursiva
de los sujetos participante en los grupos de conversación.
El grupo pluridisciplinario
de investigadores que trabaja en elaborar una radiografía nacional sobre la idea
del Otro se reúne semana a semana, en torno a una
mesa redonda, para revisar y discutir las ideas, construcciones
y definiciones que los participantes de los cincuenta y cuatro
grupos de conversaciones repartidos en Valparaíso,
Santiago y Concepción, entregan en base a su propio
discurso acerca del Otro, en el proyecto Fondecyt Los imaginarios
sociales del otro en el Chile Contemporáneo: mujer,
indígena y extranjero.
En la investigación, de orden cualitativo, participan
personas seleccionadas según criterios socioeconómicos,
etáreos y de género, lo que permitirá cruzar
información de valor socio-antropológico
y comparar eventuales comportamientos diferenciados. Además,
en una última etapa se combinará la técnica
de grupos de discusión con el análisis de
fuentes documentales, reforzando así la visión
histórica del estudio.
La idea de la investigación, que lidera el sociólogo
Manuel Antonio Baeza, tiene como objeto científico
de estudio la construcción imaginaria social del
Otro inferiorizado en Chile, en búsqueda de estereotipos
y estigmas instalados en el sentido común chileno.
Este concepto debe ser entendido como la construcción
de una alteridad que –al igual que un espejo- incesantemente
devuelve la imagen de nuestras propias convicciones, creencias,
prejuicios, estigmas, entre otros aspectos.
Para lograr sus objetivos,
los investigadores seleccionaron tres personajes emblemáticos en el tratamiento de
ciertos imaginarios sociales: la mujer, el indígena
y el extranjero. Cada una de estas representaciones fue configurada
en torno a construcciones imaginarias sociales estereotípicas
con un componente en común: la inferiorización.
Esta fue una selección arbitraria, indicó Baeza,
que no pretende en ningún caso abarcar todas las estigmatizaciones
que se han fabricado a lo largo de nuestra historia.
A la luz de diversos autores contemporáneos que
desarrollan la teoría de los imaginarios sociales,
dentro de los cuales Baeza es referente nacional, se indica
que el tratamiento de discriminación e inferiorización
obedece, en primera instancia, a la existencia de un imaginario
social dominante que genera estigmas y estereotipos negativos
que marcan la condición de algunos personajes y
grupos diferenciándoles “valóricamente” de
otros estereotipos fabricados con connotaciones positivas.
Baeza señala que, por ejemplo, por el hecho de la
presencia de un imaginario social dominante proclive al
ideal etnocéntrico europeo, a la construcción
socio-imaginaria de los inmigrantes venidos de Europa,
se opone aquélla de los venidos de ciertos países
vecinos asimilables al estereotipo indígena en su
negatividad.
Imaginarios sociales, entonces, serían aquellos
esquemas construidos socialmente que nos permiten percibir,
explicar e intervenir en lo que en cada sistema social
se considere como realidad. “En otras palabras, lo
que entendemos por realidad social es aquello que socialmente
cumple con la condición de plausibilidad al seno
de la sociedad”, explicó.
La investigación, de corte cualitativo, trabaja a
través de la construcción del imaginario social
del Otro detectado mediante la producción discursiva
de los sujetos participante en los grupos de conversación. “A
través de ellos uno puede empezar a tener un conocimiento
mayor de subjetividades sociales. Cómo se construye
el esteriotipo, las estigmatizaciones, los discursos de corte
chovinista nacional o machistas, entre otros”, señaló.
Luego de un año y medio desde que comenzó el
trabajo, la evidencia revela que la manera de relacionarse
con el inferiorizado es principalmente mediante la construcción
de diferencia en el Yo y el Otro, en los imaginarios sociales.
Esto es, aparentemente, por medio de cinco tipos de orientación
en las que las diferencias pueden estar basada en el tipo
biológico, por ejemplo decir “esta raza es inferior”,
otro es el factor de tipo psicológico, por ejemplo “la
mujer es menos racional que el hombre, en ella priman las
emociones”; de orden cultural, “este es un pueblo
distinto del nuestro”; socioeconómico y geodiferencial.
Junto a Baeza, los co-investigadores
Miguel Urrutia, sociólogo,
y Andrea Aravena, antropóloga, lideran una cohorte
de estudiantes de pre y posgrado, que unidos a profesionales,
están conformando una masa crítica que contribuirá al
desarrollo de las ciencias sociales de nuestro país.[subir]
|