CAMPUS
LEGIBLE
Campus Legible es un proyecto de investigación que
muestra una valorización de las características
materializadas con futuros congelamientos espaciales en los
espacios actuales de la Universidad de Concepción.
Con el objetivo de ordenar y pensar globalmente en el sentido
de las necesidades actuales en redes de comunicación
y las necesidades para el futuro, de modo de priorizar la
integración social de la Universidad con entes formadores
de la cultura, unidos por la tecnología, el académico
de la facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía,
Juan Pablo Bascur, desarrolló el proyecto de Creación
Artística, Campus legible, proponiendo con él
una “identidad contemporánea, que unifique la
infraestructura actual del equipamiento de la Universidad
de Concepción, esculpiendo espacios en la tridimensionalidad
cotidiana de los flujos del usuario, docentes, alumnos y
vecinos de la ciudad, mediante la inspiración de dibujos
del paisaje circundante”.
Explica Bascur que se valora, como ejemplo mundial, lo
patrimonial, innovador y emprendedor de la gestación,
90 años atrás, de la Universidad de Concepción,
visualizando la concreción de un campus universitario.
A juicio del arquitecto, al proponer, para la educación
formativa y universitaria, un Campus Legible con la adecuada
tecnología para el aprendizaje y enseñanza
de futuras generaciones, se crea una solución que
complementa la condición actual de la Universidad,
que sólo valora el espacio para la educación
y formación de disciplinas, con el confort apropiado,
donde la integración social entre pares y su contexto
urbano se logra entendiendo y creando una ciudad universitaria
como parque público, fortaleciendo mitos y espacios
públicos como entes generacionales y símbolos
políticos del quehacer de la Universidad de Concepción
en todo su desarrollo planteando como una idea “elevar
las aulas al cielo”.
Esto, dice, se concretará en un resurgir de la integración
social como la interdisciplinaridad de los oficios y profesiones,
a través del restablecimiento del “respeto por
la enseñanza, educación y formación,
en un medio como lugar diseñado arquitectónicamente
para los efectos específicos de un aprender eficiente
y efectivo. Para ello se debe comprender la arquitectura
ajena a los arquitectos y agregar los elementos naturales,
como los vacíos, las ciudades como paisaje, el mundo
de los ruidos, el deglutimiento del campo y la periferia,
la reflexión sobre las nuevas técnicas de construcción
y las facilidades con las que contamos; es decir, comparar
la percepción física como intelectual del espacio”.
Para ello, plantea como necesario entender nuestra casa
de estudios como un ser, consolidada socialmente, así como
entender las categorías de su espacio.
Según Bascur es urgente corregir la situación
actual del campus universitario, producto de una acumulación
sin planeamiento estratégico. A su juicio, hasta hoy
existen dos estrategias predominantes para nuevas obras en
el Campus: “el llamado contextualismo implica repetir
los patrones establecidos del Campus y reflejar el lenguaje
existente del lugar. Por otra parte, el diseño de
autor introduce el lenguaje personal de un arquitecto sobre
lo ya existente, marcando, en general, un fuerte contraste
con el tejido presente”. A su juicio, esto no es tan
importante como no continuar mezclando lo administrativo
con lo educacional, y ocupando espacios vacíos patrimoniales.
Según Bascur, ambas estrategias confían en
la repetición; reiterando elementos del Campus o los
propios temas de cada autor, planteando mantener la escala
de los espacios públicos ofrecidos históricamente,
pero variando en el estilo, la densidad, la formalidad del
planeamiento, el paisaje, o la relación con las comunidades
a su alrededor. De tal modo, sostiene, “impugna el ámbito
propio del Campus, ofreciendo la oportunidad de medir ambas
disciplinas simultáneamente, en el bien y en el interés
por la arquitectura y el urbanismo subordinados en la correlación
entre un entorno mayor y su arquitectura reforzando el sentido
del lugar existente con su paisaje, los claustros, los caminos
peatonales, los patrones constructivos, y los lenguajes arquitectónicos,
proponiendo un nuevo tipo de espacio al aire libre”.
Para ello, se resuelve reordenar la Universidad como una “ciudad
barrio acotada, donde se potencian sus zonas y áreas
de la enseñanza, logrando entender una nueva circulación
con una propuesta a la altura de la tecnología actual
redistribuyendo la circulación vehicular y los estacionamientos
por la calle Edmundo Larenas en una escala totalizadora,
realzando su acceso histórico y único por el
Arco de la Universidad, el que se repite en su esencia como
un gran corredor a lo largo de su borde, como costura urbana
en todo su perímetro, duplicando su escala con nuevos
edificios metálicos como grandes bloques superpuestos
a su escala global”. [subir]
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