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Dirección de Investigación de la Universidad de Concepción - Nº 16 - octubre 2007

 

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Conociendo un laboratorio

Laboratorio de Oceanografía Química

Creado a comienzos de los 90, el Laboratorio de Oceanografía Química (LOQ) es una de las pocas unidades de análisis especializada en matrices marinas en el país.

Las actividades principales de este recinto son los servicios analíticos en el área ambiental y los estudios biogeoquímicos en el mar, todo soportado por sofisticados equipos.

Orientado a análisis oceanográficos clásicos en sus inicios, el viraje de este Laboratorio se produjo a partir de un proyecto Fondecyt a cargo de su director, el doctor en Oceanografía Costera, Marco Salamanca, que permitió adquirir un espectrómetro alfa para el conteo de radioisótopos.

El proyecto buscaba hacer un balance de plomo 210 en la Bahía de Concepción para usarlo como trazador de contaminantes. Era un estudio poco común para la época, pero abrió un amplio campo para la investigación aplicada forzada -explica Salamanca- por las demandas de análisis que surgieron tras la instalación de la normativa medioambiental en el país.

Las primeras peticiones vinieron de la industria minera, que requería verificar el impacto de sus operaciones en el mar. Se hizo necesario adquirir nuevo equipamiento. Así el LOQ se dotó de un polarógrafo (que mide metales), un equipo de espectrometría de absorción atómica de llama (para análisis de metales en sedimentos y tejidos biológicos) y un espectrofotómetro de horno y grafito (para detectar la presencia de este elemento en las aguas).

Más tarde, surgieron demandas desde el área acuícola con estudios de gases bajo las balsas jaulas. Se adquirió, entonces, un cromatógrafo gaseoso con una configuración especial para medir metano y sulfuros de hidrógeno que son los gases que emanan de los sedimentos en las áreas de cultivo. En este período se ejecutó uno de los proyectos más exitosos vinculados al LOQ, un Fondef a través del cual se desarrolló un vehículo submarino remoto (ROV) para extraer sedimentos acumulados bajo los centros acuícolas, que fue patentado y está en proceso de transferencia tecnológica.

El amplio rango de acción del LOQ se refleja en la diversidad de técnicas que maneja y su empleo en estudios de la más variada índole. Ejemplos de esto son el desarrollo de técnicas con isótopos para la estimación de edades de sedimentos (referencia de contaminación), de aguas subterráneas y de peces (como lo hicieron con el mero a través de un proyecto FIP); o las de micro electrodos que aplicaron en un estudio al que fueron invitados por una empresa minera que buscaba evaluar un ecosistema del Salar Punta Negra, constituido por un ensamble de bacterias de 5 centímetros de espesor sobre el que se sustenta toda la cadena trófica del lugar.

Siempre en un espíritu de mejoramiento continuo, desde este año cuenta con un ICP Masa, equipo que trabaja con técnicas más avanzadas (más sensibles) para la detección de metales. También en esa línea se sitúa la puesta en marcha del proceso de acreditación ante en INN en la norma chilena ISO 17025 para laboratorios de calibración y ensayos.

Las proyecciones para la unidad, señala su director, están en el desarrollo de nuevas capacidades analíticas específicas para matrices marinas (agua, sedimento y organismos), ya que -como explica- se trata de un ambiente complejo, por la presencia de la sal y en el que las concentraciones de los elementos que se estudian se presentan en escalas muy diferentes a las que se expresan en matrices de agua dulce o riles, que son la base de la normativa ambiental para sistemas acuáticos.

La necesidad de avanzar en estas capacidades se observan también en el Programa de Monitoreo del Medio Marino (PROMNA) del complejo Nueva Aldea, donde al LOQ le corresponde evaluar los efectos de la descarga en el área que cubrirá el emisario submarino (aún en construcción).

Las observaciones se han efectuado desde mayo de 2006 según el diseño establecido por una comisión ad hoc coordinada por la CONAMA regional, que incluye el monitoreo de 48 parámetros, algunos de carácter crítico como dioxinas, furanos y AOX y que son enviados a Inglaterra porque no es posible hacer los análisis en Chile.

"Nosotros, poco a poco, estamos desarrollando las capacidades para estos análisis, porque hay que estar preparados ante cualquier evento...de nuevo, como ha sido la historia del Laboratorio, nos vemos enfrentados a una necesidad analítica en el medio marino que nos obliga a avanzar", concluye el investigador.[subir]

 

 

 
     
 
 
     
 
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