Juan Rogers
“Innovación es fundamental en el mundo de hoy”

Experto en políticas públicas y director del programa de Investigación sobre el valor de la investigación (Research Value Mapping) de Georgia Tech Institute, actualmente está desarrollando un proyecto junto con la Unidad de Desarrollo Tecnológico, UDT, sobre gestión de la innovación en la Región del Bío Bío.

La innovación tecnológica, tanto en la creación de nuevos productos y servicios como en la mejora de procesos productivos y de gestión, es fundamental para el desarrollo económico en el mundo actual. Así lo afirma Juan Rogers, experto en políticas públicas de Georgia Tech Institute, quien está desarrollando un proyecto junto con la UDT sobre gestión de la innovación en la Región del Bío Bío.

A su juicio, la mejora de la calidad de vida en una sociedad depende directamente del incremento de la productividad porque, de esa manera, los empleadores pueden pagar más por el trabajo sin incrementar sus costos y sin que el efecto macroeconómico sea inflacionario. “No sería exagerado decir que, en el mundo actual, la innovación tecnológica es absolutamente esencial para que una sociedad tenga un futuro mejor. Y si hablamos en términos de valores sociales, no es posible una sociedad justa si el recurso más valioso de la sociedad no es la capacidad de su propia gente manifestada en su capacidad para crear cosas útiles. Los efectos multiplicadores de riqueza y de su distribución en dicho contexto son enormes. Y es algo que la mera explotación de recursos naturales no puede dar”.

Para Rogers, las universidades juegan un papel extremadamente importante pero indirecto en este escenario. “Es indirecto porque las universidades no son las que hacen las inversiones de negocios y corren los riesgos que significa embarcarse en proyectos de innovación. Su papel está en contribuir al medioambiente de conocimiento dentro del cual las empresas encuentran personas preparadas y capaces de resolver problemas relacionados con las innovaciones en las que se embarcan. Con la combinación de investigación y educación que caracteriza el quehacer universitario, las universidades enriquecen las oportunidades de creación de diversidad para las empresas en su región. Si las empresas no tienen acceso a gente preparada y capaz, no pueden ni empezar a pensar en innovar”.

Aún en el caso de proyectos conjuntos entre empresas y universidades, asegura, el papel de estas últimas sigue siendo indirecto porque su contribución más importante en esos casos es más bien catalizador. Ello significa que permite crear foros donde el conocimiento circule y las ideas se prueben y mejoren. “Pero, en última instancia, es la empresa con sus propios recursos la que dará el paso crucial con el riesgo de inversión asociado para encarar la innovación tecnológica”.[subir]

Seguir el camino propio

Según el director del programa de Investigación sobre el valor de la investigación (Research Value Mapping) en el Georgia Tech Institute, en el mundo existen muchos modelos destacados de innovación científico tecnológica, ya que los problemas propios de cada región son particulares, no son iguales en otros lados.

Por ello, asegura que más que imitar determinados modelos es preciso tener un buen diagnóstico de la situación propia para seguir la lección que corresponda y no ir tras un ejemplo inadecuado.

“Lo más importante en todos los casos es hacer la transición a una dinámica de circulación de información y conocimiento que permita el aprendizaje continuo de todos los sectores: empresario, universitario y del gobierno. Dependiendo de la situación propia, la iniciativa la puede tomar cualquiera de los tres sectores para luego involucrar paulatinamente a los otros dos. Hay ejemplos en el mundo de casos exitosos liderados por el sector empresarial, por el universitario y por el gobierno. Pero en cada uno de ellos había razones contextuales para que el actor inicial fuera aquél que lo hizo. En todos los casos también, sin importar quién empezó, fue importante el papel de la interacción de los tres sectores. Los ejemplos más mencionados son los de Silicon Valley y Ruta 128 en EEUU, los de Taiwán y Corea, la región norte de Italia, los de Irlanda y la reciente recuperación de España. Todos estos casos son muy distintos entre sí y ninguno se aplica directamente a los casos sudamericanos”. [subir]

Mantener la dinámica de aprendizaje

-¿Qué opinión le merece el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad recientemente creado en Chile?

-Es un paso positivo que el gobierno de Chile haya decidido institucionalizar la deliberación sobre la innovación tecnológica en parte por medio de la creación de este consejo. Esto permitirá darle legitimidad política continua a los temas asociados a la innovación, como la educación, la inversión en I+D, la relaciones entre sectores, los sectores industriales con ventajas comparativas entre otros asuntos. El desafío será mantener la dinámica de aprendizaje en el tiempo de todas las organizaciones de Chile asociadas a la problemática de la innovación, tanto en el sector público como el privado y el educacional. La mera constitución de un consejo gubernamental no garantiza nada en logros concretos de innovación y siempre existe el peligro de centralizar todo lo concerniente a un tema alrededor del organismo de gobierno que se ocupa del tema y que sean unas pocas personas las que tengan opinión autorizada en el tema. Nada más peligroso para malograr una excelente oportunidad. El papel de este consejo debe ser el de facilitar, abrir puertas, crear foros, y ser flexible ante las situaciones cambiantes de la economía y la tecnología. Si mantiene su visión abierta a estos desafíos seguramente será un instrumento excelente de la mejora de la competitividad de Chile.

-Usted está desarrollando un proyecto con la UDT sobre la gestión de la innovación en la Región del Bío Bío, ¿Cuál es la impresión que, al respecto, se ha formado hasta este momento?

-Creo que el hecho de que todavía sigo involucrado en esta colaboración demuestra que estoy muy satisfecho y entusiasmado con lo que estamos realizando. Si no fuese así ya estaría buscando otros proyectos más interesantes en otro lado. Estamos avanzando firmemente en la capacidad de análisis de la realidad y necesidades de la región y he encontrado un grupo de colegas excepcionales con los cuales desarrollar estos proyectos. Hay una muy buena comunicación entre miembros de la universidad, del gobierno regional y del sector privado que nos permite realizar proyectos muy interesantes para nosotros como académicos y muy pertinentes a la realidad regional. Además estamos muy cerca de alcanzar algunos de los primeros resultados de nuestro esfuerzo conjunto en un proyecto de diagnóstico de la capacidad de innovación regional.[subir]