Llega la era de los agroquímicos de origen natural
Nuevos productos para controlar la producción agraria están en la mira de una investigación que reúne a empresas y a científicos de la Universidad encabezados por el doctor Homero Urrutia y cuenta con el financiamiento de Innova Bío Bío.
Los mercados internacionales exigen cada vez con mayor fuerza el reemplazo de los productos químicos por otros de carácter orgánico más amigables con el medio ambiente y que aseguren la sustentabilidad de la producción.
La clave parece estar en el estudio de biopelículas microbianas, que son agrupaciones o conglomerados de microorganismos que crecen y desarrollan su actividad adheridas a superficies inertes o vivas. Se trata del hábitat primario para muchos microorganismos que, por su amplia distribución y actividad, tienen importancia económica en diversos ámbitos de las actividades humanas como medicina, ambiente, industria y agricultura.
El foco de la investigación que dirige Homero Urrutia, del Centro de Biotecnología de la Universidad, está en las biopelículas bacterianas que viven sobre vegetales terrestres.
El interés en ellas radica en que tienen un particular impacto ecológico y económico en la producción agroforestal, ya que su formación es imprescindible para el inicio de todo proceso fitopatogénico. Aunque son los causantes de más de dos mil tipos de infecciones y enfermedades de plantas, aún no existen en el mercado productos orgánicos confiables (biocidas) para controlar la adherencia de bacterias y hongos fitopatógenos.
De esta manera, el objetivo del trabajo es encontrar inhibidores de estas biopelículas microbianas –actualmente controladas con pesticidas- en plantas nativas de la Octava Región.
La experiencia internacional muestra exitosos resultados en el uso de inhibidores a partir de moléculas de algas, las que actúan como una especie de llave que cierra las posibilidades de adherencia y la consecuente formación de biopelículas, según explica Urrutia.
El académico ya ha confirmado que esta llave también se encuentra en plantas nativas chilenas, como el alerce, por lo que ahora es necesario aislar y caraterizar estas moléculas.
En una primera etapa, se colectará cepas bacterianas fitopatógenas y plantas nativas de la Octava Región. En la segunda, utilizando como modelo biopelículas de Pseudomonas syringae, se desarrollará e implementará metodologías moleculares para análisis de biopelículas sobre plantas, en colaboración con investigadores del Center for Biofilm Engineering (CBE), de la Universidad del Estado de Montana, Estados Unidos. Al final de esta etapa, se habrá concluido un aporte a la formación de personas (estadía de un investigador del grupo en el CBE), y se desarrollará transferencia tecnológica a profesionales del sector agro-forestal (curso de biopelículas sobre plantas, dictado por especialistas de Estados Unidos y Europa).
En la tercera etapa del proyecto se extraerá compuestos activos de diferentes plantas nativas de la región, y se ensayará su actividad inhibitoria sobre formación de biopelículas de cepas nativas. En la cuarta etapa se caracterizará química y estructuralmente aquellos compuestos más activos. Durante la quinta y última etapa se realizará seminarios de difusión destinados a profesionales del sector agroforestal y se gestionará la solicitud de patentes relativas a procedimientos analíticos de biopelículas y de cepas microbianas. [subir]
Empresas
“Para nosotros es fundamental contar con herramientas biológicas que nos ayuden a proteger nuestros cultivos, desde la semilla hasta la temporada de cosecha”, señala Miguel Castillo, ejecutivo de Forestal Mininco, empresa que participa de la investigación.
Destacó que existe presión internacional para evitar el uso de agroquímicos, pero agregó que en Mininco han entendido que “no usarlos resulta muy importante desde el punto de vista ambiental, social y económico”.
Y no es para menos. La empresa controla cerca de 400 mil hectáreas de plantaciones, por lo que el impacto de estas medidas es de extremada importancia. Recordó que ya tienen experiencia en control biológico en otras áreas, como es el caso de la polilla del brote.
Castillo no duda en insistir que “esto es lo que viene” y que las empresas deben estar preparadas para seguir en esta línea de trabajo.
En eso coincide Andrés Ariztía, gerente Comercial y Desarrollo de Chile Agro S.A.: “La tendencia mundial apunta a bajar la presión sobre el uso de agroquímicos. Como consecuencia, los productores cada vez tienen menos herramientas para manejar sus pestes”.
Según Ariztía, el uso de biocidas –como los que propone el proyecto- es una importante señal para los agricultores del país y, en especial, para quienes exportan su producción.
Agrega que los mercados como Estados Unidos y los países de Europa marcan la pauta internacional y que “en Chile estamos sujetos a las medidas que adoptan estos países”. Como importadores de biopesticidas, destacó que Chile Agro ha visto con muy buenos ojos el desarrollo de esta tecnología en el país. [subir]
Respaldo privado
Junto al respaldo de Innova Bío Bío, de la propia Universidad de Concepción y de la Universidad del Estado de Montana, el proyecto tiene el respaldo de empresas nacionales.
Según Homero Urrutia, ha sido un gran paso contar con la confianza de Forestal Mininco y Chile Agro, en la medida en que se trata de instituciones en permanente contacto con las tendencias internacionales y que tienen herramientas para evaluar la credibilidad de la investigación que se les ha propuesto.
Esta es una relación –Universidad y empresa- que debe entenderse como necesaria y promoverse, porque “las empresas con mentalidad innovadora son las que van a marcar el futuro”. [subir]
Ficha Técnica |
Nombre del proyecto: Control de biopeículas microbianas de importancia fitopatógena, por metabolitos secundarios extraídos desde plantas nativas de VIII región y áreas aledañas.
Tipo de proyecto: Innova Bío Bío
Investigador: Homero Urrutia Briones. hurrutia@udec.cl |
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