Veterinaria marca pauta internacional:
Estudio en animales para consumo humano
El evidente aumento de la ganadería, consecuencia de una sostenida demanda por proteínas de origen animal, ha impuesto el uso de fármacos para la mantención de rebaños saludables y eficientes desde el punto de vista productivo. De todas las enfermedades, la más común e importante es el parasitismo gastrointestinal, que incide negativamente en la calidad y cantidad de carne y lana y eventualmente puede hasta producir muerte del ganado.
La herramienta más eficaz para el control del parasitismo son los antihelmínticos, grupo de fármacos que actualmente representan el mayor segmento del mercado mundial de productos farmacéuticos de uso en animales, pero cuyo traspaso al ser humano puede tener consecuencias negativas.
Con aportes del Fondo de Desarrollo de la Investigación Científica y Tecnológica, Fondecyt, el doctor Rubén Pérez busca mejorar las metodologías para controlar la presencia de estos fármacos en los tejidos de animales de consumo humano.
Lo que actualmente ocurre en Chile y en el extranjero es que el tratamiento de los animales con parásitos se hace de manera uniforme, por rebaño, mientras que la práctica ha demostrado a estos investigadores que la permanencia de estos residuos es distinta en los tejidos de ejemplares sanos y en aquellos que no lo son.
Tal constatación obliga a cambiar los mecanismos de control, de manera que los tratamientos requieren ejecutarse de manera diferenciada.
Es un gran cambio, pero las exigencias internacionales reclaman una mayor acuciosidad. Según Pérez, en Chile no existe por parte de los ganaderos y productores una conciencia clara sobre el tema y, más aún, falta implementar un programa de control de residuos de medicamentos veterinarios en alimentos de origen animal destinado a proteger la salud del consumidor nacional. Los residuos se pesquizan especialmente en tejidos comestibles, como músculos, hígado, riñón, grasa y también en la leche.
La relevancia de este trabajo, aclara, está en que estos residuos pueden repercutir negativamente en la salud de los consumidores, especialmente en grupos de riesgo, como recién nacidos, lactantes, ancianos y deprimidos inmunológicamente, así como también en personas singularmente intolerantes al fármaco.
Recordó el caso del Clenbuterol, fármaco usado en ganadería para la engorda de novillos, que causó hace un par de años varias muertes en Europa a personas que sufrían de problemas cardíacos.
Y es que este compuesto además de producir una redistribución de grasa corporal en el animal, produciendo una carne más magra, tiene la propiedad de estimular la actividad cardiaca. Por esta razón su uso en animales de producción actualmente está prohibido. [subir]
Hipótesis
Para plantear esta investigación, los académicos de la Facultad de Medicina Veterinaria se preguntaron si el estudio de animales sanos –como ocurre actualmente- es suficiente para conocer las concentraciones de fármacos en los tejidos. Y descubrieron que eso no basta.
"Nuestra hipótesis es que el parasitismo gastrointestinal al modificar la disponibilidad de nutrientes, el balance hidrosalino y la actividad metabólica (de proteínas, lípidos e hidratos de carbono) del huésped, determina cambios importantes, sobre todo una menor producción de grasa que en animales no parasitados”.
Esto último es especialmente importante, señala Rubén Pérez, ya que a través de esta investigación han podido determinar que los antihelmínticos tienen una alta afinidad con las grasas corporales, que actúan como depósito del fármaco y determinan una eliminación más lenta y prolongada desde el organismo. Esto significa que en el tratamiento de los animales con una mejor condición corporal se debe considerar un período más largo de resguardo antes de enviarlos a matadero.
Pero, más que eso, insiste, se trata de hacer hincapié en que hay que vigilar la eficacia del tratamiento en aquellos más parasitados y débiles donde los antihelmínticos tienen un período más corto de eficacia, producto de una menor retención o fijación en las grasas.
Los resultados muestran que los animales con parásitos al no aprovechar bien sus nutrientes y producir menos grasa, retienen menos los fármacos y la eliminación es más rápida. Lo contrario ocurre con animales libres de parásitos, que tienen mayor ganancia de peso y acumulación de grasa y por ello, mayor permanencia de las concentraciones de fármacos.
Tras los análisis farmacocinéticos han podido comprobar que hay factores de absorción, distribución y eliminación, que modifican la concentración de antiparasitarios en el organismo de los animales y por eso, no es lo mismo administrar un medicamento en un animal parasitado que en uno con baja carga parasitaria o libre de parásitos.
Se conoce que los fármacos se concentran en el hígado, se excretan por vía biliar hasta el intestino y una parte se elimina a través de las heces, pero otra se reabsorbe y vuelve al hígado, en lo que se conoce como ciclo enterohepático. Ese reciclaje se reduce por el hecho de que los parásitos dañan la mucosa digestiva y se producen cambios patológicos en el intestino, aumentan las secreciones y el peristaltismo desencadenandose la diarrea. Los factores mencionados favorecen una eliminación más rápida del antihelmíntico a través de la heces. [subir]
Propuesta original |
En esta área no había precedentes de investigación y eso hace que se trate de una propuesta original que ha despertado interés internacional, como lo muestran publicaciones en prestigiosas revistas, como The Veterinary Journal y Journal of Veterinary Medicine, donde demostraron exitosamente que la técnica que están usando para medir las concentraciones es ciento por ciento confiable.
Otro antecedente del posicionamiento internacional que ha alcanzado el laboratorio de farmacología es que esta investigación fue el único trabajo chileno presentado en el Congreso de la Asociación Mundial de Parasitología Veterinaria, que se realizó en Christhchurch, Nueva Zelanda, en octubre pasado.
En este proyecto Fondecyt (cuyo aporte fue de $97 millones) que finaliza en marzo de 2006, trabaja un equipo dirigido por el profesor Rubén Pérez y que integran los investigadores y académicos Cristina Palma, Luis Rubilar e Ignacio Cabezas. Ha significado también un importante apoyo para la docencia, con 12 memorias de título y una tesis de magíster, además de estrechar lazos de colaboración con otras instituciones, como las universidades de Chile, Autónoma de Barcelona y Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires de Argentina.
Según señala el doctor Rubén Pérez, los grandes beneficiados con este proyecto serán la industria farmacéutica y el SAG y sus unidades a cargo del registro y evaluación de medicamentos. También, los médicos veterinarios -y aquí hace una pausa y precisa- porque al menos en este caso, por su complejidad, tiene que haber un filtro para que este conocimiento sea transferido eficientemente a los productores. |
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