La era de los combustibles fósiles
tiene sus días contados

Todos los desafíos ambientales, económicos y sociales del cambio de la actual matriz energética (basada en fuentes fósiles) tienen un punto de partida en común: La investigación científica.

La afirmación parece alarmista, sin embargo, los académicos, científicos y ejecutivos de empresas que asistieron en enero al Taller de Energías Renovables en la Universidad de Concepción saben que es urgente abrir un debate con sólidas bases científicas para enfrentar los años que vienen...Y no es para menos si se considera que cerca del 90% de la energía comercial que movilizaal mundo proviene de los combustibles fósiles.

La misma fuente que dio impulso a la Revolución Industrial y que ahora da que hablar en los mercados internacionales no sólo es materia de preocupación por tratarse de recursos no renovables, sino por el daño irreversible que su uso genera en el planeta.

Pero cuando todas las miradas apuntan hacia las energías renovables, el profesor Emilio Menéndezaclara que “no hay que engañarse”. El uso de las energías renovables no será más barato que el actual sistema, lo que obliga a pensar en que el Estado jugará un papel importante a la hora de impulsar los proyectos que incorporan estas fuentes a la actual matriz energética. [subir]

Estado

El tema tiene un trasfondo, además de ecológico –por el necesario cuidado de las emisiones a la atmósfera-, uno de carácter social: Cerca de un cuarto de la población mundial carece de electricidad y son las fuentes renovables las llamadas a encender esta oscura realidad.

En cualquiera de estos escenarios, los científicos estiman que la participación del Estado es fundamental para promover la investigación y luego la implementación de políticas que tiendan a la diversificación de las fuentes.

En todo caso, Alex Berg, director de la unidad de Desarrollo Tecnológico, UDT,de la Universidad, asegura que la fórmula en países como Chile no puede ser la de Europa. Ejemplifica con el caso alemán, en donde la participación pública está lejos de poder replicarse en naciones en vías de desarrollo.

Berg y Menéndez coinciden en que cada país debe reaccionar de acuerdo a su disponibilidad de recursos naturales. [subir]

Ejemplos

Así, por ejemplo, José Roberto Moreira, de la Universidad de Sao Paulo, mostró la experiencia de Brasil en el uso de Biocombustible. Elaborado a partir de la caña de azúcar y del maíz, el biocombustible se usa como aditivo en las gasolinas tradicionales, lo que permite reducir las emisiones tóxicas a la atmósfera a precios competitivos.

En la práctica, según Moreira, la experiencia ha sido exitosa, entre otros aspectos, por una legislación que favorece el uso del bioalcohol, por el clima que permite el desarrollo de la caña de azúcar, por las grandes extensiones de terrenos disponibles para su cultivo y por la generación de empleos.

Pareciera que nuestro país está muy alejado de usar este tipo de alternativas. Sin embargo, la experiencia de Canadá y de Estados Unidos ha abierto los ojos de los investigadores chilenos.

Jack Saddler, decano de la facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de British Columbia, Canadá, estuvo en Concepción para hablar del bioetanol, un combustible cuya fuente coincide con los recursos naturales de nuestro país: El bosque.

Saddler confesó que la industria de obtención del etanol a partir de la celulosa aún es pequeña, de unos 240 millones de litros por año. Pero agregó que en los próximos tres años los nuevos proyectos industriales sumarán otros 750 millones de litros.

La experiencia en investigación y tecnología que ello involucra puede significar un gran aporte al trabajo que ya realiza el Laboratorio de Recursos Renovables de la Universidad, en donde ya hay importantes avances en el uso de los desechos de la industria forestal para convertirlos en bioetanol. [subir]

¿Quién paga la factura?

El uso de energías renovables, sin duda, representará mayores costos en el futuro. Pero Emilio Menéndez vuelve a la carga. Dice que hay que pensar en los costos ocultos de los combustibles fósiles, aquellos que se pagan con los impuestos de todos los ciudadanos cuando el Estado interviene, por ejemplo, para mitigar los problemas ambientales.

Es lo que Stefan Gsänger, Secretario General de la Asociación Mundial de Energía Eólica, explicó como el costo iceberg de las energías convencionales en la producción eléctrica. En donde la parte visible del témpano es el precio de la electricidad (de cargo directo al consumidor) y la gran masa bajo el agua, es decir, los costos externos, quedan en manos de la comunidad (con cargas indirectas a través de impuestos, seguros y prestaciones sociales), del Estado (enfrenta la progresiva degradación ambiental, paga el costo político del abastecimiento energético) y todo deriva en la pérdida general de calidad de vida.

Y el costo iceberg de las energías renovables, aunque deja en manos del consumidor una mayor responsabilidad, se traduce en menos daños ambientales, en menos cargas para los presupuestos públicos y sociales y en un aumento global de la calidad de vida. En consecuencia, los costos externos son mínimos. [subir]

Camino para Chile: Diversificar matriz energética

Como coordinadordel Taller de Energías Renovables, el director de Investigación de la Universidad, Jaime Baeza, es un convencido de la importancia de abordar el tema energético en un país que no cuenta con fuentes tradicionales.

Los últimos acontecimientos señalan que es un tema prioritario apuntar a la diversificación de la matriz energética con la participación de las energías renovables, en donde el uso de biocombustibles, de la energía eólica y de la solar parecenmuy buenas opciones.

Baeza reconoce que el país aún tiene mucho que avanzar en esta materia, por lo que el Taller se convirtió en una excelente oportunidad para recoger propuestas y, en especial, para saber qué se está haciendo al respecto.

Aunque el impulso a estos cambios debe venir del mundo de las políticas públicas, Baeza explica que la base debe estar en un planteamiento científico y técnico potenciando grupos de investigaciónque permitan crear las condiciones para realizar la necesaria transferencia tecnológica de acuerdo a las necesidades del país.

Agregó que el Taller fue un punto de partida que permite vincular las distintas iniciativas de investigadores del país y del extranjero de manera de generar una red que potencie los esfuerzos individuales. [subir]

Lo que viene

Los participantes en el encuentro coincidieron en que cada país debe considerar factores muy particulares de geografía y disponibilidad de recursos para determinar sus políticas de uso de energías renovables. Y así como en Brasil el uso de biocombustibles a partir de la caña de azúcar es una fuente de importancia, para Chile el uso de la biomasa parece ser una de las más notorias posibilidades de desarrollo en el futuro.

Alex Berg, director de la UDT, dice que en nuestro territorio las posibilidades reales están en el agua y en la biomasa. Sobre esta última, recuerda que el 16% de la energía primaria que se consume en Chile proviene de ella (principalmente leña) y que en materia de generación eléctrica el 2% de la capacidad instalada del Sistema Interconectado Central (SIC) proviene de la biomasa.

Agrega que es necesario resolver los temores respecto del uso del bosque nativo: “El tema asusta y es muy polémico... pero, en teoría, se puede retirar una cantidad de madera sin afectar el equilibrio, porque tiene sentido intervenir siempre que se haga bien”. Pero la base de cualquier intervención –y en eso es categórico- es la existencia de regulaciones y de conocimiento.

Pero otro tema de fuerte actualidad en nuestro país es el de la generación eléctrica.

Según el profesor Hugh Rudnick, del departamento de Energía Eléctrica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, surgen posibilidades para las energías renovables en Chile en los sistemas eléctricos interconectados por dos razones: La crisis de abastecimiento de gas natural y los cambios legales introducidos últimamente. Y no es para menos pensando en que el SIC es mayoritariamente hidráulico (63%), seguido del gas natural (19%). En esa materia queda mucho por hacer, pero insiste en que la incertidumbre ha sembrado un creciente interés por formas alternativas de generación. [subir]