Escorias pirometalúrgicas
Residuos con valor
Entre el 80 y el 90 % de los
recursos cupríferos nacionales
se encuentran en la forma de
sulfuros de cobre, por ello gran
parte del metal producido en
el país se obtiene a través de
procesos pirometalúrgicos. De
ello dan cuenta las 7
fundiciones de cobre que
existen en la actualidad en
Chile, que exhibe una de las
mayores densidades de este
tipo de industrias en el mundo
en relación a su superficie y
población.
Todas estas fundiciones
registran importantes niveles
de producción, que llevan
asociados la generación de un
gran volumen de desechos,
residuos y subproductos, siendo
las escorias de fundición uno
de los más importantes.
Por cada tonelada de cobre
obtenido, se generan 2,2
toneladas de escorias
pirometalúrgicas. Se estima
que cada año se producen 4,5
millones de toneladas de estos
residuos y que el volumen
histórico acumulado bordea los
50 millones.
El manejo de estas escorias
supone costos significativos
para las empresas –mano de
obra, transporte, movimiento
de maquinaria pesada- a la vez
que representan un problema
ambiental por los impactos que
pueden ocasionar.
Considerando estas dos
variables, investigadores del
departamento de Ingeniería
Metalúrgica y de la Unidad de
Desarrollo Tecnológico (UDT)
se encuentran trabajando en
un proyecto Fondef que se
propone dar valor a las
escorias, generando
subproductos, de interés
comercial, mediante
tecnologías de separación y/o
concentración.
El proyecto -que partió el año
pasado- es dirigido por el
académico de Ingeniería
Metalúrgica, Mario Sánchez,
quien tiene a su haber varios
años de trabajo en el área de
la producción limpia aplicada
a la industria minera, y cuenta
con la participación de los
investigadores Fernando
Parada, Roberto Parra y Sergio
Castro (de la misma unidad),
Fernando Márquez (Ingeniería
Química) y Rory Jara y Juan
Carlos Carrasco (UDT). [subir]
Caracterización
Las primeras etapas de la
investigación estuvieron
orientadas a recopilar
información, en el ámbito local
e internacional, relativas al
procesamiento de este tipo de
residuos y su caracterización
química y mineralógica.
Las escorias, en el plano
nacional, han sido utilizadas
como rellenos de caminos
(estabilización de asfaltos) y
en la fabricación de lanas
minerales (para aislación),
ladrillos refractarios y
materiales abrasivos para
limpieza de superficies de
acero. También han sido
procesadas para recuperar
compuestos de cobre por tres
vías: reducción con carbón,
horno eléctrico y flotación.
En el ámbito internacional, el
desecho ha sido utilizado como
aditivo en la fabricación de
cemento y concreto (Canadá,
Australia y Europa), mientras
que países como Rusia,
Zambia, Turquía, Holanda,
Austria, y Japón han llevado a
cabo experiencias para extraer
compuestos ferrosos y no
ferrosos reutilizables (cobre,
cobalto, níquel, metales
preciosos).
De acuerdo a los estudios de
caracterización, entre los
compuestos de las escorias es
posible encontrar cobre (1%),
fierro (40%), sílice (30%),
molibdeno (0,3–0,4%), oro
(0,05 g/ton) y plata (0,2 g/ton).
Son productos que pueden ser
aprovechados de diversas
formas: el cobre puede ser
reutilizado en fundición; el
fierro, en concentrados, sirve
para la fabricación de acero; la
sílice tiene aplicaciones en
materiales cerámicos y lanas
minerales y el molibdeno, en
aceros de corte y filamentos;
y en lubricantes sólidos y
pigmentos, en la forma de
sulfuros.
El proyecto incluye la
realización de pruebas en
laboratorio –ya terminadas- de
conminución (chancado y
molienda) de las escorias,
separación, disolución y análisis
químico de los compuestos,
para luego escalar, a nivel
piloto, los ensayos exitosos.
Tras la conminución en las
primeras pruebas, como explica
Mario Sánchez, se trabajó en
la concentración gravimétrica,
en mesa vibratoria y espiral
Humphreys, para separar los
compuestos de acuerdo a su
peso; una etapa que no arrojó
buenos resultados.
También se realizaron pruebas
con tratamientos
pirometalúrgicos, de reducción
de las escorias con carbón, para
producir una aleación de fierro,
cobre y molibdeno; muy alto
en cobre (1,7%) para su uso
directo en acero (que tolera
niveles de hasta 1,2). De esta
aleación, lo más valioso es el
molibdeno que se puede
recuperar.
Las mejores respuestas se
encontraron en los ensayos de
concentración magnética, de
las que resultaron dos
concentrados, uno rico en cobre
y otro, en molibdeno.
Ambos concentrados, por
separado, fueron sometidos a
tratamientos pirometalúrgicos
(tostación), primero, e
hidrometalúrgicos (lixiviación),
después, para separar el cobre
y el molibdeno.
A la luz de estos resultados, la
investigación, en su nivel piloto,
se ha centrado en el último
proceso, que permite recuperar
cobre y molibdeno, los
compuestos de mayor valor en
las escorias.
En una planta piloto, que se
instalará en la UDT, se escalará
el proceso de concentración
magnética y recuperación
hidrometalúrgica del cobre y
molibdeno. Estos trabajos,
según adelantó el investigador,
se iniciarán en menos de dos
meses. [subir]
FICHA TÉCNICA |
Nombre del proyecto:
Obtención de subproductos
con valor comercial a partir
de escorias pirometalúrgicas
provenientes de fundiciones
de concentrados de cobre de
la gran minería.
Tipo de proyecto: Fondef.
Investigador responasable: Mario Sánchez, departamento
de Ingeniería Metalúrgica.
Duración: 2 años.
Empresas participantes: Compañía Siderúrgica
Huachipato, Compañía Minera
del Pacífico, Codelco
(divisiones El Teniente,
Salvador y Codelco Norte),
Comisión Chilena del Cobre y
Servicio Nacional de Geología
y Minería. |
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