Micropropagación
de especies leñosas
Fortalecer las capacidades de
multiplicación de especies
leñosas, con la revigorización
y rejuvenecimiento vegetal, es
uno de los ejes centrales de la
investigación que realiza el
Laboratorio de Biotecnología
Forestal (LBF). Desde 1999,
esta unidad, adscrita a la
Facultad de Ciencias Forestales,
ha investigado y probado
diversas técnicas de
micropropagación en árboles
exóticos y nativos de interés
forestal-maderero (pino
radiata, eucalipto, álamo,
coigüe, roble y raulí); frutoforestal
(castaño, cerezo, nogal
y avellano) y ecológicoambiental
(avellano, pitao,
keule).
En la mayoría se ha logrado
exitosamente la propagación a
partir de tejidos de origen
embrionario (semillas) o por
vía asexual (estacas, injertos,
acodos), aportando a otro
objetivo de la propuesta
científica del LBF: generar
genotipos de elite.
Organogénesis
y embriogénesis
La micropropagación es parte
de la propagación vegetativa y
permite la multiplicación de
plantas a partir de pequeñas
porciones de tejido vegetal.
Conocida también como cultivo
in vitro, se asocia directamente
a la organogénesis y
embriogénesis somática.
La primera permite formar órganos a partir de partículas
de tejido o de órganos
completos (hojas, tallos,
yemas). La segunda apunta a
la obtención, desde tejidos
somáticos (no sexuales), de
estructuras similares a las que
origina la fecundación sexual
y la posterior formación de
semilla. Estas estructuras,
llamadas embriones somáticos
o embrioides, tienen la misma
forma y funcionamiento de un
eje embrionario natural de
origen sexual, pero carecen de
endosperma y material de
reserva.
El LBF ha realizado investigación
básica en ambos procesos. El énfasis está en la embriogénesis
somática de leñosas, que ofrece
más opciones de manipulación
de tejidos. Ya se han establecido
las metodologías de propagación
somática para roble y raulí (con
el que se han registrado los
mayores avances), y están a
punto de hacerlo para eucalipto
(globulus y nitens) y castaño,
en los que están pendientes las
fases de maduración y
germinación de los embrioides
producidos y su
encapsulamiento para generar
semillas artificiales.
Semilla madura versus
semilla inmadura
En cultivo in vitro, por vía sexual,
es importante cautelar el estado
de desarrollo del tejido al
momento de su colecta. Los
mejores resultados se alcanzan
con semillas inmaduras, que
tienen la desventaja de la
limitación temporal en la
recolección desde los árboles
madres y la manipulación del
germoplasma seleccionado, si
no se cuenta con el almacenaje
adecuado. Como alternativa, el
LBF ha experimentado con
semillas adultas, logrando
estandarizar los protocolos de
multiplicación para eucalipto
(globulus y nitens), pino radiata,
araucaria, roble, raulí, coigüe,
avellano, nogal, castaño, cerezo,
pitao y álamo, cuyas plantas
están siendo probadas en
terreno.
La vía adulta
A pesar de las ventajas de las
semillas de origen sexual, el LBF
ha establecido una línea de
trabajo con tejido somático. En
este caso, la edad de la planta
madre juega un rol fundamental.
La mayor parte de las
investigaciones se realizan a
partir de plantas juveniles. El
Laboratorio ha apostado al
trabajo con tejidos colectados
en plantas adultas, donde la
selección de los genotipos es
más sencilla porque en ellas
todas sus características están
a la vista.
En esta área, se han alcanzado
resultados exitosos en especies
fruto-forestal como castaño y
nogal, y en pino radiata y
eucalipto globulus. Estos
resultados se están validando
en viveros y plantaciones. Este
año se espera establecer la
primera plantación de castaño
seleccionado y multiplicado por
esta técnica, además de
huertos de avellano chileno
para la producción de fruto y
madera.
Inductores de juvenilidad
En busca de la mayor
aplicabilidad de los sistemas
de multiplicación de genotipos
selectos, el LBF está
investigando la revigorización
de material adulto mediante
inductores de juvenilidad. Están
concluidos los estudios
fisiológicos y bioquímicos sobre
la relación entre tejidos adultos
y juveniles y del manejo de los
efectos recíprocos a nivel
metabólico. La idea es
transmitir el metabolismo
juvenil a los tejidos viejos para
que se reproduzcan y crezcan
a mayor velocidad. El proceso
consiste en someter las yemas
durmientes del árbol elegido a
un proceso de estimulación
climática (desarrollado por el
Laboratorio) para luego ser
enraizadas, cultivadas in vitro
o destinadas a las cadenas
proliferativas, que reproducen
el material genético a partir de
porciones de hojas, tallos o
raíces. La técnica se ha aplicado
en la propagación de castaño
y podría extenderse a otras
especies. |