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Tumai, esperanza de vida El 11 de julio de 2.002, la revista científica "Nature" publicó la noticia del descubrimiento realizado por un equipo franco chadiano, de los restos de primates a los cuales se les atribuye una antigüedad de unos 7.000.000 de años. El documento, que puede ser encontrado fácilmente en Internet, es relativamente breve, de diez páginas, y ofrece varias fotografías de los fósiles. Desde el año 2.001, la Misión Paleoantropológica Franco Chadiana, formada por la Universidad de Poitiers, la Universidad de Ndjamena y el Centro Nacional de Apoyo a la Investigación Científica de Ndjamena, ha recuperado especímenes de homínidos, incluyendo un cráneo casi completo, en el área fosilífera de Toros-Menalla del Desierto de Djurab, al norte de Chad. Llama la atención la larga lista de autores del trabajo, 38 en total, encabezados por Michel Brunet, Franck Guy, David Pilbeam, Hassane Taisso Mackaye, y la también larga lista de instituciones que respaldaron la investigación, 13 en total, entre las cuales están la Facultad de Ciencias de la Universidad de Poitiers, el museo Peabody de la Universidad de Harvard y la Universidad de Djamena, Chad. No cabe duda de que el brillo de este descubrimiento iluminará abundantemente y por mucho tiempo a esta pequeña legión científicos, universidades y centros de investigación y apoyo. Sorprende también la extensa bibliografía que sustenta el documento, que se inicia con una referencia al trabajo pionero de Raymond Dart ("Australopithecus africanus, the man-ape of South Africa, Nature Nº 115, de 1925). "Nature" pertenece al Nature Publishing Group, que es, a su vez, una subsidiaria de la MacMillan Publishing Group, cuya sede está en Londres. Habiendo acogido varios artículos señeros en antropología durante más de ochenta años, "Nature" merece también sobradamente el reconocimiento mundial.
A diferencia de la mayoría de los descubrimientos de fósiles de homínidos, casi todos localizados en el Valle del Rift de África Oriental, éste proviene del centro del continente, a más de 2.500 kilómetros de distancia de aquéllos. La antigüedad de estos fósiles, y su distancia del Valle del Rift sugieren que los primeros homínidos estuvieron más diseminados que lo que se creía, y que la divergencia entre humanos y chimpancés se produjo antes de lo que habían señalado algunos estudios. El nombre científico del nuevo homínido es Sahelantropus Tchadiensis, en homenaje a la región del Sahel, que bordea el Sahara, y a la República del Chad, en donde los fósiles fueron encontrados. El homínido de quien proviene el cráneo fue bautizado como Tumai, lo que en el lenguaje local significa "esperanza de vida". Los actuales habitantes del lugar bautizan así a los hijos que tienen justo antes de la sequía.
De un golpe extendimos al doble la antigüedad conocida de los homínidos en la Tierra, que era de alrededor de 3.000.000 de años, según los trabajos de Johanson en 1975. Las huellas de las pisadas de tres homínidos, pero sin restos fósiles asociados, encontrados en Tanzania, en 1976, son de 3.800.000 años atrás.
En 7 millones de años ha pasado mucha agua, pero no podemos decir "bajo los puentes" ¿verdad?, sino simplemente por el imperturbado cauce de los ríos. Pues antes de Tumai y durante varios millones de años después de él no hubo puentes en el mundo. Nuestra galaxia ha girado un tanto en este período, lo cual permite suponer que el cielo nocturno que Tumai contempló puede haber sido algo diferente del nuestro. La Vía Láctea estaba ahí, pero algunas de las constelaciones que nos resultan hoy tan familiares pueden haber tenido entonces formas algo diferentes. Tumai podía colocarse de pie y atisbar el horizonte. De noche habrá mirado la luna y las estrellas. Decimos que los restos fueron encontrados en África, pero hace siete millones de años la geografía de la Tierra era también diferente. Hace unos cuarenta mil años, apenas, cuando la última glaciación estaba en su apogeo, la configuración de los continentes tomo su aspecto actual. No habían llegado todavía ciudades, bibliotecas, señores feudales, siervos, empresarios, asalariados, filosofía, ni ejército. Frente a esos 7.000.000, los diez o quince mil años de la vida urbana son un pequeño lapso.
Son notables la aparente fragilidad y la misteriosa perseverancia de la vida humana en el planeta. Si a esto agregamos que nuestra condición de humanos es algo que nosotros solemos extraviar, por ejemplo, cuando alguien roba un riñón a otro congénere vivo, o cuando hablamos con desparpajo de los "recursos humanos y materiales" de alguna empresa, podemos concluir que, habiendo llegado a ser lo que somos, en la escala de la humanización, no hay seguridad de que conservaremos siempre estas características.
Habrá una importante revisión de los conceptos e ideas de la evolución de la humanidad, a partir del descubrimiento de Tumai. Una vez más, como es mucho más fecuente de lo que creemos, reescribiremos la historia.
A pesar de la innegable y aparentemente exitosa invasión del planeta por los descendientes de Tumai, si pensamos en las profundidades de los misterios que nos esperan en el desarrollo de nuestra especie, en los cambios incesantes y acelerados que nos trae la globalización, en el destino de los ya más de 6.000.000.000 de Homo Sapiens Sapiens, podemos vislumbrar para los próximos decenios transformaciones aún más profundas y rápidas que las que la humanidad ha experimentado en toda su historia. Tal como la mayoría de nosotros considera a Tumaï y a muchos otros conocidos fósiles como individuos prehistóricos vagamente contemporáneos entre ellos, y como indudablemente muy atrasados en relación a nosotros, nada impide que nuestros descendientes, en un par de siglos más, nos vean, cuando lleguen a ocuparse de nosotros, más cerca de Tumai que de ellos. Para sustentar lo cual podrán citar una serie de herramientas, medios de comunicación, formas de organización y otros que, desde Tumai hasta nosotros, nos son completamente desconocidas, y sin las cuales, a juicio de ellos, les resultaría imposible vivir.
Sería saludable, entonces, acoger a Tumai más como a un hermano que como a un padre.
Oscar Sáez M.
(Nota leída en Radio Universidad de Concepción el 26 de julio de 2.002, y publicada el mismo día en el Diario "El Sur" )
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