La gran ciudad metamorfosis se lanza esbelta
en la blancura yerta del invierno
o de sus rascacielos de vidrios magos
(Detrás de una ventana el respaldo
relajado
de una silla de mimbre
evoca el trenzado feliz
de algún
viaje a un país soleado)
sobre lo negro el abedul es una seña amorosa
un rio dividible y la
espera
su blancura parece hendir una noche lúcida
De todos esos días y todas esas noches enfermas
no guardé el
acoso de mi amor
no guardé sino esta monótona destrucción
del cielo
sino el lento ahogarse de mis sentidos
Ya no reconozco mi cuerpo
He entrado a un universo torpe
habitada sólo por la trepidación
de las calles
Existe sin embargo manzanas y naranjas
Cezanne que contenía en un sola
mano
toda la fecunda amplitud de la tierra
el bello vigor de las frutas
no conozco todas las frutas de memoria
ni el calor benévolo de las
frutas sobre
una sábana blanca
Pero algunos hospitales ya no dan abasto
algunas fábricas ya no dan
abasto
una colas esperando en la heleda ya no dan abasto
unas playas convertidas
en cienagas ya no dan abasto
Conocí gente que sufría hasta perder el aliento
tardan años
en morir
mientras escuchan la voz de un violín o la de un
cuervo
o la de los arces en abril
Ya no acaban de alcanzar ríos que les corren dentro
que desfilan acarreando
bancos de hielo
jirones de estaciones tantos sueños tienen
Pero las barreras las antecámaras ya no
tienen fin
Las torturas los cánceres ya no tienen fín
los hombres que luchan
en las minas
en las cepas de su pueblo
que fusilan a quemarropa saltando
de
furor
se dilatan
soñando color de naranja
Mujeres que una y otra vez cosen
hombres
y hombres que una y otra vez
se sirven un trago
Sn embargo pese a las arrugas multiplicadas del mundo
pese a los exilios multiplicados
las heridas repetidas
en el cegarse de las piedras
tomo aún, preso
en la trampa, el sonido de las olas
la paz de las naranjas
Suavemente Cezanne se reclama del sufirmiento de
suelo de su construcción
y todo el verano dinámico viene a maravillarme
viene suave perdidamente
para heredarme sus
frutos
La ventana como la pantalla
donde existencias pasan
bajo la gestación
de las nieves
o la reverberación del adormecimiento
Lienzo sin fondo de los chubascos
la ventana se calcó al revés
de tu rostro
Tendida
es un aceite un dibujo una película
geometría
de llanuras y temperatura
jardín
Vitrina
Todo el universo
se quedó del otro lado de la mirada
La ventana atravesada
la pupila
se olvida
esquirlas y quebraduras
nos hemos adentrado en la materia
en el azogue meollo del asunto
en la historia
Hemos probado al fin las cosas y los rostros.