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En este número:
Ganarse la muerte, por Leonardo Contreras.
CLAUSTROFOBIA, del libro "Claustrofobia, o patología de las ideas de la carne", por Pedro Díaz. Essentia, por Mario García. 9, del libro "Los desórdenes", por Fernando Collado. Bendito Poema a Farrah Fawcett, por Alan Muñoz. |
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Sería bueno buscar la manera de poder ganarme la muerte, Para nadie es secreto que el tiempo pasa y que he empeñado todo el cansancio En buscar formas de ganarme la vida. He olvidado como hacer para ganarme la muerte. ¡Cosa grave! Es solo cuestión de ponerse a pensar Que sería del poetita sin la muerte No serían lo mismo ni mis versos ni los besos, De mas esta decir que seria de mis dichos Preguntándose el porque de mis porques Y sin la muerte que responda. ¡Cosa grave señores! Para uno que se la pasa jugando al gato con si mismo Para nadie es secreto nuestro secreto Si hay algo que decir de eso es que sin la muerte no tenemos vida y yo preocupado de reírme Mientras todos querían llorar. Puedo parecer absurdo, pero que les importa a ustedes Puede parecer mil cosas, pero puedo parecer Sin una palabra para ganarme la muerte ¡No señores! No quiero que me pase tener que lustrarle los zapatos al sol esta bien tener que inventarle primaveras al invierno también Pero no tener como ganarme la muerte esta muy mal. Deberían cambiar las cosas y abrirse los poros, ¡¡¡los ojos no sirven, los poros!!! Deberían ver de nuevo el Primer Mandamiento Y preocuparse un poco de ganarse la muerte ¡Sí señores, la vida no existe! Morir es una sensación, ¡¡¡es sensacional!!! Y yo sin forma de ganarme la muerte. A ver si de esa forma consigo cerrarme la boca y ponerme a vivir Perdón, digo digo a Morir
Leonardo Contreras
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...Y la mano de Dios
esculpe al nucleótido a su imagen y semejanza. Con sus manos de Miguel Angel bioquímico une los elementos y los modela como al mármol, esculpe las cariátides y las columnas de un templo triunfal; el Dios escultor, toma la mano del carnicero, y corta en su escritorio con su lápiz como cuchillo una idea de carne, su mejor ensayo, su más grande novela... Pero el desorden barroco de sus creaciones despierta la lascivia de los párpados cerrados, y Dios se encierra en el templo que él mismo construyó. Ahora, lo carcome la claustrofobia, y las cariátides son barrotes que se ríen del infeliz exhibiendo unas misteriosas inscripciones burlescas: Guanina, adenina, citosina, timina guanina, adenina, adenina, citosina, timina, timina, timina, adenina, timina, timina, guanina, citosina, citosina, timina, adenina, adenina, guanina, guanina, guanina, citosina, citosina adenina, citosina, guanina, guanina, timina, citosina, adenina, citosina, citosina, timina, adenina, guanina...
Pedro Díaz
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Polvo somos nos hacemos polvo cada día y, de vez en cuando, estrella. Sólo polvo somos nos hacemos polvo cada día Tú lo sabes, cada noche mi amor.
Mario García
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Amigos míos ahí no hay secretos No existen ahí imágenes eternas Sólo encontrarán la claridad de los corazones la risa más hermosa, la palidez de la piedra Ahí no hay descanso en la jornada sino la enternecida labor de los mediodías Los desórdenes mantienen la hechura del mundo.
Fernando Collado
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¿Dónde se detiene el reloj de los sueños y dónde la manecilla del tiempo? -¿Me llamas, Charlie? ¿Todavía me buscas? -dice Farrah contestando el teléfono -¿todavía me buscas entre la angostura de esta ciudad de ángeles? ¿Todavía exigiendo culto a mis maravillosos cincuenta años? Dime "Ángel" a secas Ángel de tiempo completo Ángel al desnudo posando para "Play Boy" Dime ex Charlie Angel en memoria a mi coronación Pero ya no me llames, Charlie Ni busques alivio a mi alma atormentada No me sigas llamando, por favor No me sigas llamando Pues tengo fama de ángel caído.
Alan Muñoz
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