Las
conclusiones del “proceso”...
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Aún
no se inician las eliminatorias y Olmos ya está
en tela de juicio
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Otra de las sabidas inclinaciones del técnico nacional
es su intención de no jugar con un “10” clásico
por lo que uno de sus “regalones”, Milovan Mirosevic,
debe deambular y realizar el cambio de ritmo, para dar dinámica
a los ataques que serían comandados por Salas y Navia
en la lógica. En el centro de la cancha se instalaría
David Pizarro como un virtual émbolo del equipo, por
donde pasarían la mayoría de los balones que
el, por ahora, volante del Udinese administraría con
sus sabidas condiciones. No obstante, este sistema táctico supone entradas
por las bandas y envío de centros y no precisamente
poner la pelota contra el piso, por lo que la labor de los
eventuales volantes de contención (Clarence Acuña
o Claudio Maldonado) se limitaría al quite y desprendimiento
del balón.
Otra de las incertidumbres se instala bajo los tres palos. ¿Varas,
Tapia o Peric?. Al parecer Olmos optará por la experiencia
del portero de Cobreloa que ya salió airoso del Monumental
de Núñez el 96 donde sólo recibió el
agónico gol de penal de Batistuta.
Pocos meses quedan para el debut del “equipo de todos” ante
la poderosa Argentina en Buenos Aires y muchas son las dudas
acerca del planteamiento de Juvenal Olmos como visitante.
Se debe consolidar la línea de zagueros y estructurar
un medioterreno que mezcle la fuerza con la calidad futbolística
y donde los referentes como Salas, Pizarro y Vargas no podrán
ausentarse en este decisivo partido.
Si se mira uno por uno a los integrantes de una eventual
selección titular podremos estar tranquilos, pero
su nivel colectivo deberá ponerse a prueba de aquí a
septiembre.
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