por José Arroyo M

La carrera cinematográfica de Jim Jarmush comenzó con una serie de afortunadas colaboraciones en las realizaciones de directores ya más maduros y consagrados siendo la más importante la experiencia que vivió con WinWenders (Far away, so close) del cual fue asistente en su filme “Lighting over water”. De ahí en 1982 se lanzó sólo con “Permanent vacation” para seguir con la excelente “Stranger than paradise” (por la cual obtuvo una distinción en Cannes) y la dos primeras entregas de la trilogía “Coffe and cigarettes” I y II (1986, llegando la tercera parte luego en 1993).

Hasta ahí todo bastante piola y desconocido para el común de los mortales, pero sin duda nadie (bueno, no todos son perfectos) podrá negar que la aventura que vivió Johnny Deep encarnando a William Blake en “Dead Man” de 1996 ha sido lejos la más mística y con más onda que se ha visto en mucho tiempo y que con esto Jarmush se hizo uno de nuestros regalones.

Por lo mismo, ver Ghost dog es más que un deber, es aprovechar la oportunidad de disfrutar de una impecable puesta en escena y de envolverse en una mística tremenda que terminará (al menos así pasó conmigo) dejándonos a todos con ganas de desenvainar la pistola y salir a matar chicos malos.

Lo demás esta de más.

Señoras y señores, Jim Jarmush..........enjoy.